El fundador de Viejas Locas, no repara en deglutir comidas de desperdicios: “lo hago para crearme anticuerpos”; ni amigarse con alguna que otra adicción.

El sistema de la “Vida normal” lo ubica en el lugar de la enfermedad. Y Cristian responde con arte transformado en pinturas urbanas que brotan de una calidad que algunos buscaron sea efímera.

Y Pity grita:

“No me vengan con cuentos chinos, uno siempre escucha hablar de la lealtad, uno prende la televisión y escucha a uno hablar de la lealtad, uno prende la radio y escucha hablar de la lealtad, todos hablan de la lealtad, todos hablan de la lealtad, Y NOSOTROS SOMOS LA LEALTAD, ASI QUE ME VIENEN A HABLAR DE LA LEALTAD”.

Nacido el 28 de junio de 1972. en el oeste de la Capital Federal, entre Mataderos y Lugano. Actualmente reside en un monoblok de Lugano, siempre buscó en cada geografía del planeta urbano imágenes con letras y melodías simples, sencillas, pegadizas, contundentes, como Homero, por ejemplo:

“Se hace difícil siendo obrero hacerse cargo del pan,
de tu esposa, tus hijos, del alquiler y algo más.
Poco disfruta sus días pensando en cómo hará,
si en ese empleo no pagan y cada vez le piden más.

pasará dando saludos y monedas a unos vagos.

Homero está cansado, come y se quiere acostar,
vuelve a amanecer y entre diario y mates se pregunta
¿cuánto más?¨.

Y sigue Pity sigue:

”Y es así, la vida de un obrero es así,
la vida en el barrio es así
y pocos son los que van a zafar.
Y es así, aprendemos a ser felices así,
la vida del obrero es así
y pocos son los que van a zafar”.

La máquina de ordenar lo intenta encasillar: “es el Calamaro de los 90 “, “tiene que dejar la merca”. Lo dice la máquina que la hace y la vende. La misma que pone millones de Homeros en la calle y hace parir , a través de sus industria del entretenimiento, modelos de vida en donde la descripción del mundo real no ocupa lugar.

Y Pity, sigue, con su ser a cuesta, saltando, haciendo lo “incorrecto”, mirar y contar lo que pasa a su alrededor. Lo que ven todos y callan, o se distraen.

El “pibe” de los monoblok describe en su canción “Una Vela”:

“No te asustes por lo que te cuento, pero en mi vecindario todo eso es cierto, todos tienen fierros, yuta tiene miedo, entonces tiran sin preguntar primero.

Y esquivando balas con mi bicicleta voy a casa de’ mi puntero a buscar mi yerba. El tiene ese faso rico, que cuando lo fumo quedo bien chino”.

Hoy hace frío en el barrio, el olor a tortafrita, una que otra bala perdida se hace escuchar en un barrio urbano. En cualquier esquina, grupos de jóvenes ( la mayoría desocupados) transitan un tiempo que se les pierde. Todo se funde y confunde.

Cristian o Pity ve y mira. Piensa y escribe con su mente-alma su próxima pintura. La neblina no tapa sus colores ni rimas. La mediocridad y sus mediocres preparan el próximo zarpazo. El barrio tiene que estar en orden, como el mundo, como “bailando por un caño”.

# Nota publicada por Buenos Aires Sos (http://www.buenosairessos.com/articulo-192.html)