"EEUU no puede permitirse un conflicto con los kurdos ni tampoco con Turquía. Lo más probable es que asuma el papel de pacificador cauto", opina Yevgueni Satanovski, director del Instituto ruso de Oriente Próximo.

De hecho, Kurdistán funciona como enclave independiente desde 2003, y a Washington le interesa "preservar esta situación, tanto para aprovechar a aquél durante la futura retirada de las tropas desde el centro de Irak como para usarlo en calidad de cabecera de playa en el supuesto de un ataque contra Irán", piensa el investigador.

Alexander Jramchigin, del Instituto de análisis político y militar, también opina que "EEUU podrá respaldar a los turcos en la lucha contra el PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) pero se limitará a expresar el apoyo político y a proporcionar los datos de reconocimiento".

Fuente
RIA Novosti (Rusia)