Con anticipación pionera, tesón incansable y patriotismo acrisolado el ingeniero Carlos Repetto Grand, tempranamente desaparecido en el 2005, hizo del pregón en torno a la petroquímica, un apostolado de veras entusiasta y ejemplar. A punto, hoy, dos décadas después, de aprobarse en el Congreso de la República, la ley sobre el desarrollo de la industria petroquímica, estas líneas, que reproducen uno de sus numerosísimos trabajos, debieran constituir un sencillo recordatorio que en Perú siempre hemos tenido visionarios valientes y hombres probos de enorme culto en el amor a la patria. En su homenaje y en el del pueblo peruano, con humilde orgullo, su esposa e hijos, comparten, este artículo.
Ricardo Repetto Castro; noviembre 2007

Nuestra petroquímica
¡Sin gas, vamos últimos!
por Carlos Repetto Grand
El Nacional 24-1-1987

El inventario de disponibilidades actual o potencial en materia prima ofrece a los países que tienen fuente de aprovisionamiento en petróleo, o en gas natural, todas las posibilidades para el desarrollo petroquímico. Partiendo del gas natural o de productos petroleros, y mediante determinadas vías petroquímicas, se alcanza la manufactura de productos intermedios y finales.

Esas diferentes vías conducen a productos más y más elaborados que requieren de inversiones crecientemente elevadas, de operaciones cada vez más delicadas y de localizaciones de la industria cada vez más próximas a los centros de consumo.

Teniendo en consideración estos elementos y para satisfacer los imperativos económicos relativos al precio de los productos del mercado interno y del mercado de exportación, es de primera importancia que los países en desarrollo que quieran implantar una industria petroquímica seleccionen la vía más económica y los procesos más adecuados.

Los productos petroquímicos derivan enteramente del petróleo o del gas natural, siendo principalmente compuestos alifáticos, aromáticos, nafténicos y sus derivados. Pueden ser también inorgánicos como el azufre, el amoniaco y el negro de humo. Los productos petroquímicos tienen mayor pureza en comparación con los de la industria carboquímica.

Asimismo, la posibilidad de producir por refinación del petróleo, determinados productos que son de difícil obtención por otros medios, tanto como la consideración de los costos, han sido las principales razones que han determinado su utilización.

En los Estados Unidos se utiliza principalmente el gas natural, así como el etano y los gases licuados. Los gases de craqueo catalítico, ricos en olefinas, constituyen también un recurso importante. Los aromáticos, a su vez, son extraídos de las gasolinas reformadas. Europa, por su parte, ha orientado su petroquímica sobre la base de la gasolina ligera excedentaria y sobre la nafta pesada, ya que estos últimos productos son difícilmente valorizados si no se les transformar para que entren al mercado europeo, gran consumidor de destilados medios, principalmente de diesel.

Por otra parte los productos de base son la partida para la obtención de los grandes productos intermedios y pueden ser fabricados a partir de diferentes materias petroleras.

Los productos petroquímicos intermedios son la base de la obtención de los productos finales que son los plásticos, fibras sintéticas, caucho sintético, detergentes, productos anticongelantes y antidetonantes para automóviles y los abonos nitrogenados. En cuanto a las fibras sintéticas, se distinguen tres principales grupos químicos: los nylons, los poliéster y las acrílicas. Los detergentes son producidos a partir de sulfonatos. Asimismo se producen detergentes biodegradables a partir de oleofinas de cadena recta o de parafinas normales.

En cuanto a los productos para automóviles, los compuestos antidetonantes constituyen la mayor parte. El cloruro de etilo y de metilo son los productos intermedios utilizados en su preparación. Finalmente, se producen los abonos nitrogenados tales como el nitrato de amonio, el sulfato de amonio y la úrea que se requieren para la fabricación del ácido sulfúrico y del ácido nítrico.

La petroquímica en el Perú

El Perú posee una petroquímica sumamente incipiente, encontrándose a la zaga de Latinoamérica, producto de nuestra opaca participación a nivel de Pacto Andino, con asignación de productos de poca demanda y, por ende, de difícil colocación.

Nuestra petroquímica actual puede resumirse en lo siguiente: en el Callao, existe una pequeña planta de fertilizantes (FERTISA), productora de amoniaco. Existe otra en Talara (PETROPERU) que manufactura amoniaco y úrea. Estas plantas utilizan como material prima el residual y el gas natural, respectivamente.

En la refinería de Talara existe la planta de solventes que produce alcohol isopropílico y acetona a partir del propileno. Asimismo existe en Talara una planta de producción de negro de humo que utiliza como material prima el aceite clarificado proveniente de la unidad de craqueo catalítico.

Como podrá apreciarse, el ingreso a la industria petroquímica, por su complejidad y el riesgo económico que significa, tiene que ser bien pensado y elaborado. El Perú, por ejemplo, no cuenta con la seguridad de poseer materias primas tradicionales tales como son el gas natural y el petróleo en cantidades suficientes.

Hacer un inventario

Por otra parte no existe disponibilidad de gases olefínicos procedentes de las unidades de craqueo catalítico. Si bien se posee un excedente de producción de naftas pesadas (actualmente exportadas a precios fluctuantes), éstas no son importantes en cuanto a volumen como para encarar en forma sostenida proyectos petroquímicos de envergadura.

Por ello previamente se requiere efectuar un serio y detallado inventario de nuestro potencial petrolífero y gasífero, para así seleccionar entre los innumerables caminos, la vía técnica más económica para la implementación de la petroquímica básica de acuerdo a la disponibilidad y seguridad de abastecimiento de la materia prima más adecuada, así como de los requerimientos en diez años como mínimo de los mercados interno y externo.

La petroquímica intermedia así como la final tendría que ser encarada en forma mixta (Estado/capital privado) por la considerable inversión que requiere. Por su parte, la petroquímica básica debe estar íntegramente en manos del Estado.

Para dar una idea de lo cambiable que es la industria petroquímica cabría señalar que en el año 1970 el gobierno peruano, muy interesado en desarrollar la industria petroquímica en el país, recibió de la firma especializada BEICIP, de Francia, un informe técnico económico denominado “Desarrollo de la industria petroquímica en el Perú 1970-1980”. En ese informe se recomendaba, a partir de la nafta pesada (378,000 toneladas año) y por el proceso de craqueo al vapor la manufactura de los siguientes productos aromáticos, cloruro de vinilo, estireno, poliestireno, caprolactam y acrilonitrilo.

La inversión entonces era de 127 millones de dólares y la comercialización de los productos se basaba en gran parte en un potencial mercado andino. Sin lugar a dudas un complejo industrial de la envergadura del proyectado en 1970 supondría ahora una inversión no menor de 800 millones de dólares.

Asimismo, con certeza, la vía más adecuada ya no sería a partir de la nafta pesada sino, muy probablemente, a partir del gas natural cuyo potencial es insospechado y requiere de un exhaustivo inventario. Así, en el zócalo continental, en las estructuras de Corvina y Piedra Redonda, frente a Zorritos, la Tenneco encontró unas reservas gasíferas del orden de los 16,000 millones de pies cúbicos (mpc).

Gas en Madre de Dios

En el departamento de Huánuco, el pozo Aguaytía 86, confirmó gran potencial de gas y condensado, estimándose las reservas en 500,000 mpc. Principalísima atención debe otorgársele a los descubrimientos de la Shell en el departamento de Madre de Dios (lotes 38 y 42), cuyas primeras evaluaciones dan cifras del orden de cinco billones de pies cúbicos; volúmenes que permitirían fácilmente no sólo dotar a Madre de Dios de plantas de fertilizantes nitrogenados, según sus exigencias, con el correspondiente desarrollo del agro de la zona, sino también la instalación de una petroquímica bien estructurada, basada en el gas natural suministrado a través de un gasoducto a la Costa cuya boca de salida podría ser la región de Pisco.