En estos momentos la tarea principal está a cargo de las Comisiones de Candidatura, que tienen la función de elaborar y presentar los listados de quienes finalmente serán sometidos a la voluntad popular, mediante el voto directo y secreto, para integrar los órganos de gobierno ya señalados.

Las citadas comisiones son organizadas a nivel nacional, provincial, municipal y de distrito, esta última en aquellos municipios con más de 100 mil residentes. En todos los casos están compuestas por representantes de las organizaciones de masas: Central de Trabajadores (que las preside), Comités de Defensa de la Revolución, Federación de Mujeres Cubanas, Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, y las estudiantiles Federación de Estudiantes Universitarios y de la Enseñanza Media.

Su labor es ardua y minuciosa, pues deben realizar miles de consultas a instituciones, organizaciones sociales, centros laborales diversos y conocer el criterio de los delegados a las Asambleas Municipales, antes de presentar a estas últimas, los proyectos con no menos del doble de la cifra que les corresponde nominar, para su aprobación definitiva.

El número de candidatos a elegir está determinado por la cantidad de habitantes de cada territorio. En las provincias con una población entre 750 mil y un millón 500 mil, se elige un delegado cada 10 mil habitantes o fracción mayor de siete mil 500.

En aquellas provincias que cuentan con un número mayor se presentará un candidato por cada 20 mil habitantes o fracción mayor de 10 mil. El número de delegados provinciales debe ser, como mínimo, 75.

Para determinar la cantidad de diputados a elegir se toma como referencia uno cada 20 mil personas o fracción superior a 10 mil.

Cuando en el municipio hay 30 mil residentes o menos, se eligen dos diputados. De acuerdo con los datos de población, en las elecciones de enero del 2008 el Parlamento cubano quedará integrado por 614 diputados, superior en cinco a los 609 electos en los comicios del 2003.

La Ley electoral establece que hasta el 50 por ciento de los candidatos a las Asambleas Provinciales y de los diputados al Parlamento, tienen que ser delegados de circunscripción (municipales), es decir, que saldrían entre los 15 mil 236 electos en octubre pasado.

Los restantes proceden de las más diversas esferas de la sociedad en las que se han destacado por el desempeño de sus responsabilidades: científicos, deportistas, artistas, dirigentes políticos y gubernamentales, militares y otras muchas funciones y profesiones.

En todos los casos, para resultar electo, se requiere más de la mitad de los votos válidos emitidos. Los cargos elegibles en la Isla, sin excepción, rinden cuenta periódicamente de su gestión ante los electores, y su mandato puede ser revocado.

Tal como ocurre en los comicios para delegados municipales, en estas tampoco hay propaganda a favor de los candidatos. Todo se limita a la exposición en lugares públicos de la localidad de sus fotos y datos biográficos con los aspectos más sobresalientes sobre servicios brindados a la sociedad.

También los candidatos sostienen encuentros con sus electores en las zonas de residencia, en los cuales dialogan con los asistentes y responden las preguntas de estos.

En ningún caso los delegados y diputados reciben remuneración por sus funciones legislativas. Está establecido que una persona puede ocupar distintos cargos electivos.

Con la constitución de las 169 Asambleas Municipales y la toma de posesión de los delegados de circunscripción (concejales), elegidos los días 21 y 28 de octubre, finalizó la primera etapa de las elecciones y en las que acudieron a las urnas mas del 96 por ciento de los electores.

Más de tres décadas después de la aplicación de este sistema electoral, en continuo perfeccionamiento, la experiencia demuestra que es una eficaz garantía de la más alta representatividad popular en los órganos de gobierno.

Agencia Cubana de Noticias