“1,2, 3, a robar otra vez!” dicen muchos graffitis en diferentes muros de ciudades ecuatorianas y reflejan el repudio que provoca un ‘Partido Solo de Parientes’. En efecto, Partido Sociedad Patriótica (PSP), lista 3, encarna todos los vicios en contra de los cuales el Ecuador se pronunció en los últimos procesos electorales:


La mentira, el enredo

Sociedad Patriótica se constituye en el referente del fraude, el baratillo de ofertas: “congelaremos los precios de los productos de primera necesidad, de los pasajes, de los insumos agrícolas, de los repuestos automotores; aumentaremos los salarios y bajaremos los precios de los celulares”, decían sus líderes en la campaña.

Opositores a la Asamblea Nacional Constituyente (incluso destituyeron a Ximena Bohórquez por estar de acuerdo con la realización de la Asamblea), cambian de postura conforme la dirección del viento; enredo, amarre y engaño define bien su ideología.


A la Asamblea…

Ante la caída estrepitosa de los partidos tradicionales de derecha, el PSP intenta aparecer como los defensor de los derechos y la participación ciudadana. En un inicio, sus dirigentes se opusieron tenazmente a la idea de que sea destituido el actual Congreso Nacional, pues constituía el último espacio para negociar, entorpecer los procesos democráticos y trabar las iniciativas de Rafael Correa; ahora, ante una inminente destitución del mismo, se muestran como claros, abiertos al diálogo y dispuestos a la disolución.

Opositores al Gobierno, son desconocedores de conceptos como la soberanía, la integridad; incluso Leonardo Escobar, uno de sus dirigentes, ha venido manteniendo que Rafael Correa copia ideas del gobierno de Gutiérrez; ahora, abogan por que “las voces de los otros sectores se incluyan en la discusión” (expresiones de Gilmar Gutiérrez) y se muestran prudentes, cautos y dialogadores.

¿A qué se debe el cambio?

¿A qué se debe que el Partido comandado por los hermanos Gutiérrez va de una orilla a otra? La idea era que entre los partidos de derecha (Prian, PSC, PRE, UDC, UNO, etc.) y el PSP esperaban hacer la fuerza contraria al anhelo de cambio popular en la Asamblea Nacional Constituyente; una fuerza capaz de frenar los cambios democráticos, soberanos, patrióticos, encabezados por el régimen y apoyados por muchas otras organizaciones sociales. Pero los resultados electorales los liquidaron. Ahora, asesorados por la embajada estadounidense, dicen que “apoyarán las propuestas oficialistas que sean positivas para el país”.

Esconden así su verdadero objetivo, tratando de parecer un bloque coherente, que defiende las libertades y la permanencia de la democracia, la inversión pública y privada; mientras que su verdadero objetivo es sabotear la Asamblea Nacional Constituyente.

Basados en el populismo y constituidos en la segunda partidista fuerza gracias a una campaña de victimización de su derrocado líder Lucio Gutiérrez, el PSP es de cuidado, pues constituyen, por su naturaleza (corruptos) y por sus intereses (antipatrias), la punta de lanza del imperialismo.

La ID se cae a pedazos

Castigados en las urnas por el pueblo ecuatoriano, representantes de intereses reaccionarios, la ID enfrenta una feroz lucha interna por el poder dentro del partido.

Las “juventudes naranjas”, después de la estrepitosa caída en el pasado proceso electoral, piden la cabeza de Andrés Páez, a quien acusan de haber llegado de forma irregular a ocupar el máximo cargo en la dirigencia.

Páez no quiere soltar su cargo y se excusa en la ‘arrasante’ victoria del partido de gobierno. Lo cierto es que la ID representa la violación a los derechos laborales, la anti soberanía, y hoy el país camina hacia la construcción de una nueva sociedad.

Como si las presiones internas y las voces que piden su cabeza fueran poco para Páez, la elección de Carlos González como segundo vicepresidente en el Congreso Nacional constituye otro dolor de cabeza, pues es incontenible la desintegración que afronta el ‘partido naranja’: la ID tuvo dos candidatos: González y Patricio Sánchez, de Cotopaxi. El primero postulado por el PSP y el segundo apoyado por el ‘Bloque de la Dignidad’. Wilma Andrade y Andrés Páez prefirieron abandonar la sala de sesiones en el momento de la votación (¡?)

La ID pertenece a los partidos de derecha que desentonan con la corriente de cambio que se promueve en todo el país; su política desentona con la Soberanía, con el anhelo de una Patria nueva, una Patria justa; entonces, es inevitable su derrumbe.