El 25 de octubre pasado, tranquila y silenciosamente, se marcó un hito histórico en la vida del periodismo alternativo del Ecuador: el periódico revolucionario “En Marcha” cumplió cuarenta y un años de vida fecunda y combativa, al servicio del pueblo ecuatoriano y de sus sectores organizados más avanzados.

No todos los días se celebran acontecimientos tan importantes como este, que nos llevan a meditar sobre las posibilidades que tiene el pensamiento político revolucionario, que avanza incontenible hacia la construcción de una sociedad más justa y solidaria.

El semanario En Marcha nació como una necesidad política de la izquierda ecuatoriana cuando en l963-64 se fragmentó el viejo Partido Comunista del Ecuador, a causa del caudillismo y la corrupción imperante en la cúpula entregada por entero al sistema, traicionando las aspiraciones de la izquierda y del pueblo del Ecuador. Al producirse la ruptura del viejo y desprestigiado partido comunista de ese entonces, en los primeros días del mes de agosto de 1964, emerge como una necesidad política impostergable el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador, que toma en sus manos la bandera roja de la lucha revolucionaria en el país.

La urgencia de la confrontación ideológica que se produce con la ruptura, hace que el nuevo Partido Marxista Leninista sienta la necesidad imperiosa de crear un medio de comunicación que difunda las ideas del partido naciente, sus lineamientos políticos y las directivas para la acción y la lucha política revolucionaria.

El Partido Comunista Ecuatoriano mantenía un periódico que se denominaba El Pueblo y que era la voz oficial de sus dirigentes. Al producirse la ruptura, el nuevo partido comunista marxista leninistas opta por sacar a luz su propio órgano de difusión al que lo denomina “El Pueblo Revolucionario”; este periódico desaparece después de poco tiempo y en su reemplazo aparece una hojita mimeografiada, tamaño oficio, doblada en la mitad, con el sugestivo nombre de “Espartaco”; este pequeño periódico se lo publica clandestinamente, para burlar la represión de la dictadura militar imperante. Después de una corta vida en la clandestinidad desaparece “Espartaco”. Entonces nace “En Marcha”, en el cual bajo su título impreso en caracteres rojos, consta como epígrafe una frase famosa de Eloy Alfaro que dice: “La libertad no se implora de rodillas, se la conquista en el campo de batalla y con el arma al brazo”. Es el 25 de Octubre de 1966.

“En Marcha” durante algún tiempo enfrentó muchos problemas, especialmente por su carácter de total clandestinidad, que la conserva hasta ahora. Aparecía mensualmente, al comienzo mimeografiado y luego ya en impresión offset, pero siempre enfrentando el problema del financiamiento y la represión de los gobiernos de turno. Su cuerpo de redacción estuvo compuesto, en todas las épocas, por brillantes y jóvenes intelectuales ecuatorianos, que dieron su valioso aporte para el desarrollo de la prensa revolucionaria.

A partir de l976, la dirección del Partido hizo un esfuerzo definitivo para que se convierta en semanario, se regularizó su aparición, mejoró su presentación, las portadas salían bien diseñadas, los colores rojo y negro eran sus características. En el Segundo Congreso del PCMI, en l980, se decide adoptar definitivamente el formato tabloide para el periódico, así como impulsar su venta pública con el objeto de incentivar la ofensiva ideológica.

Desde los inicios de l997 el periódico se normaliza, se adopta el tamaño tabloide definitivamente, su aparición es semanal y sigue siendo un mecanismo para la agitación de masas y un instrumento para la formación política de la militancia; por eso es que, en general, el estilo de redacción es más de denuncia y agitación, salvo la página editorial en donde se encuentran los artículos de opinión y la página 7 en donde aparecen los artículos de mayor contenido ideológico, destinados a penetrar con mayores posibilidades en los movimientos populares, con la idea de que el periódico cumpla con las funciones de denuncia, agitación y educación política.

En Marcha ha llegado al No. l. 382, en cuarenta y un años de labor cotidiana. Este es un record a nivel nacional e inclusive internacional si se lo compara con otros países en donde se publican periódicos revolucionarios.