La saña anti-Cuba es parte de la política bélica que el imperialismo norteamericano emplea para someter a aquellos pueblos que no están de acuerdo y no se subyugan a sus designios y dominio. Esta política es rechazada mayoritariamente en todo el mundo, incluso, en amplios sectores del pueblo norteamericano como sucedió con la invasión a Iraq, que fue ejecutada con la desaprobación del mas del 60% de la población estadounidense.

Contundente rechazo del mundo a Bush


Efectivamente, pocos días después de la provocaciones de Bush contra Cuba; 184 naciones se pronunciaron en la ONU en contra del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos al pueblo cubano. Cuba logró el respaldo, casi total, de los 192 miembros de la ONU; se opusieron solamente: Estados Unidos, Israel, Islas Marshall y Palau; Micronesia, se abstuvo. En un hecho histórico, que demanda contundentemente acabar con más de 40 años al bloqueo económico y demuestra de manera irrefutable el fracaso de la política yanqui contra la revolución y el pueblo cubano.

Esta victoria se reafirma tambièn en la designación de Cuba como miembro del Consejo Ejecutivo de la UNESCO, con157 votos a favor de los 165, durante la 34 Conferencia General de esta organización celebrada días atrás en París. Asimismo hay que agregar la masiva presencia de delegados y organizaciones internacionales (mas de 600 delegaciones de todo el continente americano) en el V Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba que se desarrolló en Quito -Ecuador en octubre pasado donde se expresó un efusivo respaldo a la lucha del pueblo cubano, el respeto a su soberanía y a su libre determinación.

El pueblo norteamericano rechaza la gestión de Bush


George W. Bush es desaprobado por un elevado porcentaje de su población, su torpe forma de gobierno no los convence, y no es para menos: “la declarada guerra al terrorismo”; las operaciones militares infructuosas, con una inversión que superan los 400 mil millones de dólares utilizados por el pentágono; la absolución de impuestos a los mas ricos, beneficiados además, por el auge petrolero; la reducción del presupuesto destinado al gasto social, situación que ha provocado que 47 millones de personas, aproximadamente, no puedan contar con seguro médico y que alrededor de 9 millones de niños sean privados del servicio de salud; la elevación de tributos a la economía popular que, como consecuencia de ello, el ingreso promedio familiar ha caído en un 5,9 por ciento; el incremento del índice de las tasas de pobreza –alrededor de 37 millones de norteamericanos han sido afectados por la indigencia y, paralelamente, 13 millones de niños- y desempleo, entre otros aspectos corroboran lo señalado.
El fascista Bush no tiene calidad moral para meter sus narices en donde no le incumbe y debe preocuparse por dar respuestas a las exigencias de su pueblo y solucionar las precarias condiciones en las que esta quedando el país, irónicamente, mas próspero y rico del mundo. Sus declaraciones guerristas en contra de Cuba no podrán jamás acabar con un pueblo imbuido de revolución, luchador, lleno de esperanza. Al igual que George Bush no representa la voluntad de su pueblo, tampoco la “democratización” de Cuba representa la opinión de millones de personas en todo el mundo que admira y respeta a uno de los regímenes políticos más legítimos del continente americano.
El mundo dará cuenta de la historia de un pueblo libre, consecuente, que, en medio de una feroz arremetida mediática transnacional, supo enfrentar y soportar por más de 50 años, la hostilidad bélica y el desprestigio por parte de la nación mas poderosa del mundo. Cuba y su pueblo son un ejemplo de resistencia y dignidad; son ejemplo de superación y desarrollo, que han sabido enfrentar los embates causados por el capitalismo para convertirse en una nación igualitaria: de desarrollo científico, de salud, de educación, de vida; condiciones que a muchos de los países considerados desarrollados, entre ellos el del sueño americano, les hace falta o hace rato, ya no existen.