Delgado solicitó al juez que se juzguen a los represores acusados de secuestros, torturas y asesinatos que operaron durante la dictadura militar en el centro clandestino de detención Automotores Orletti, lugar donde estuvo Marcelo Gelman y Carlos Santucho, hermano de Mario Roberto Santucho, entre otros.

La lista de Delgado incluye a los represores Néstor Horacio Guillamondegui, ex jefe del Departamento de Operaciones Tácticas I de la Dirección de Operaciones Informativas (OT 1); Rubén Víctor Visuara, sucesor del anterior y titular del cargo el día en que asesinaron al hijo de Gelman; Eduardo Rodolfo Cabanillas, uno de los jefes del centro clandestino de detención Orletti; Honorio Carlos Martínez Ruiz, Raúl Guglielminetti y Eduardo Alfredo Ruffo, ex agentes de la SIDE que integraron la Triple A.

Hace una semana pasada, el abogado de Gelman, Marcelo Buigo, realizó un pedido similar involucrando por el asesinato de Marcelo Ariel Gelman, a Guillamondegui, Visuara, Cabanillas, Martínez Ruiz y Ruffo.

“No caben dudas de que los imputados obraron con conocimiento y voluntad. En efecto, dadas las condiciones de detención, que se llevaron a cabo dentro del marco de la represión instaurada el 24 de marzo de 1976, sabían que actuaban sobre seguro, sin riesgo para ellos porque sabían que no existía la más remota posibilidad de alguna acción defensiva por parte de la víctima”, señala Buigo en el escrito que presentó ante Rafecas, quien tramita la Megacuasa del I Cuerpo del Ejército.

Marcelo Gelman fue secuestrado junto a su esposa María Claudia García Iruretagoyena –embarazada de siete meses- el 24 de agosto de 1976 y llevado al centro clandestino Automotores Orletti, ubicado en el barrio porteño de Floresta

Los restos de Marcelo Gelman, quien fue asesinado presumiblemente en octubre de 1976, fueron encontrados a fines de 1989 y luego de ser identificados, fueron velados en enero de 1990 en la sede de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA).

“Estoy emocionadísimo por este encuentro, que siento no es personal, si no que tiene que ver con tantos compañeros. También me emociona mucho el hecho de que sea en el sindicato. En otro local (de la UTPBA), que no es éste, cuando encontraron los restos de mi hijo Marcelo, decidimos velarlo públicamente allí. Cuando partió el cortejo fúnebre, de los balcones de ese edificio cayó una lluvia de pétalos de rosas. Esto es algo que yo no puedo olvidar, y si se me permite la sensiblería, esos pétalos siguen cayendo sobre mi vida”, recordó el años pasado Juan Gelman, durante la celebración de sus 50 años en el periodismo organizado por la UTPBA.

Gelman también mantiene su reclamo, junto con otros familiares y amigos, por María Claudia García Iruretagoyena, compañera de Marcelo, quien estaba embarazada de siete meses y fue una víctima del Plan Cóndor.

María Claudia fue trasladada a Uruguay, donde tuvo a su hija en el Hospital Militar, y luego la alojaron en un centro clandestino. Se presume que su cuerpo está enterrado en alguna dependencia militar de ese país.

La hija de María Claudia y Marcelo, María Macarena Gelman García Iruretagoyena, fue arrancada de los brazos de su madre y entregada a un comisario uruguayo, quien junto a la esposa, la inscribieron como propia, y recién pudo recuperar su verdadera identidad cuando fue ubicada en 1999 en Montevideo.