Esa industria fue una de las grandes inversiones iniciada a finales de la década de 1970 con la colaboración de la desaparecida Unión Soviética. Su etapa de proyección, microlocalización y movimiento de tierra se empezó en el período de 1977-1983, mientras su construcción y montaje tuvo lugar de 1983 a 1990.

Operó de manera intermitente desde 1991 hasta abril de 1995, cuando el Gobierno cubano, en pleno período especial, decide paralizar sus motores y proceder a su conservación a la espera de mejores tiempos económicos. El contexto no era propicio ante la suspensión de los embarques petroleros soviéticos acordados con La Habana.

Corrían los tiempos del derrumbe de la URSS y del campo socialista del este europeo, además de la intensificación del genocida bloqueo económico, comercial y financiero de las administraciones norteamericanas contra el pequeño país antillano.

La economía de la Isla necesitaba la refinación de petróleo en la planta de Cienfuegos, con una significativa capacidad instalada de tres millones de toneladas anuales. Las tentativas de crear empresas mixtas con naciones extranjeras se desplomaron, algunas incluso poco antes de firmar los convenios.

Sin embargo, los cubanos no arriaron banderas, ni cambiaron de bando, ni mucho menos transmutaron el color. La victoria de Hugo Chávez en Venezuela en 1998 y su admiración por la Revolución cubana abrieron nuevas esperanzas para reactivar este emporio productivo.

La aurora del alba, muy a pesar del Imperio, llegó el 10 de abril de 2006 con la creación de la empresa mixta cubano-venezolana PDV-Cupet S.A, para someter a la industria a una ampliación y modernización capital a un costo de más de 100 millones de dólares, lo que le devolvió nuevos y mejores bríos.

Rafael Ramírez, ministro venezolano de Energía y Minas, destacó a este redactor que con la reactivación de la refinería Camilo Cienfuegos se le abrió un agujero al bloqueo económico norteamericano contra la Patria de José Martí.

Su rehabilitación, con tecnología muy moderna, constituye el proyecto energético más importante de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) en Cuba, el cual posibilitará en una primera etapa procesar 65 mil barriles de crudo diariamente, de los cuales se extraerán gasolina, turbo combustible, diesel, fuel oil y gas licuado de petróleo (GLP).Y más aún, la instalación cubana es parte del esquema logístico de Petrocaribe, desde donde se suministrarán productos a países de Centroamérica, tales como Belice, Nicaragua y Honduras.

La remozada industria sobresale igualmente por su capacidad de almacenaje: 4,2 millones de barriles, de los cuales 2,2 millones (350 mil metros cúbicos) son de crudo, 1,8 millones de productos terminados y el resto de artículos intermedios.

Además, en sus predios se edificó en el tiempo récord de 60 días un nuevo poblado, el Simón Bolívar, de 100 petrocasas donadas por la Patria del Libertador. Son los tiempos del ALBA. Se pretende incluso convertir la zona en un polo industrial de Cuba, el Caribe y Latinoamérica. Los planes son ambiciosos, pero posibles.

Indudablemente este 21 de diciembre de 2007 hará historia.

Agencia Cubana de Noticias