Historia, madre y maestra

Documento No. 134*

Ultimátum de Cáceres

Huancayo, a 6 de junio de 1884

Señor coronel jefe de las fuerzas chilenas existentes en la ciudad de Jauja

La celebración y ratificación del tratado de octubre, hacían esperar el término de las hostilidades entre los beligerantes y la inmediata desocupación del territorio peruano por las tropas de Chile, de conformidad con lo prescrito en ese mismo tratado y con los principios y prácticas internacionales.

Por lo tanto, el avance de las fuerzas comandadas por V.S. hasta la ciudad de Jauja, apenas tiene explicación, y el que suscribe ignora si ese movimiento implica la continuación de las hostilidades, lo que a ser verdad, significará el rompimiento del referido tratado, por parte de los mismos que lo celebraron.

Por lo que a mí respecta, abrigo la profunda convicción de haber hecho, en la esfera de lo posible, todos los esfuerzos y sacrificios que me ha impuesto el Perú en defensa de su honor y de su gloria; esfuerzos y sacrificios que han sido estériles en sus resultados por la acción constante de los malos elementos que han conseguido reducir la república a un estado completo de impotencia para la prosecución de la guerra con Chile.

En tales circunstancias de aniquilamiento y ruina, el deber y los intereses me han obligado a reconocer el referido tratado de paz, como un hecho consumado; quedándome por la voluntad manifiesta de los pueblos, la sagrada tarea de reconstruir el Perú sobre las más sólidas bases que afiancen su engrandecimiento y garanticen su porvenir.

Después de lo expuesto, espero que V.S. se servirá manifestarme los propósitos a que obedecen sus operaciones actuales para normalizar, según ellos, mi conducta, haciendo a V.S. responsable de las consecuencias que una nueva lucha futura originaría.

Dios guarde a V.S. muchos años.

Andrés A. Cáceres

EC. Lima, miércoles 18 de junio de 1884