No podemos analizar el socialismo del siglo XXI, sin pasarnos por el socialismo, o los socialismos anteriores, o la forma que cobró el socialismo en momentos históricos anteriores, pero tampoco sin saber a qué responde el socialismo, qué confronta el socialismo, qué modo de vida, de cultura y de civilización impugna el socialismo.
Hace ya unos 3 años, el presidente Hugo Chávez Frías colocó el tema del socialismo en su discursiva, lo ubicó en el imaginario, en la conciencia colectiva del pueblo venezolano.

Se adversa el capitalismo porque ese modelo de sociedad que nace con los siglos XV y XVI en algo que Carlos Marx llamó la acumulación originaria de capital se funda, se construye, nace sobre principios anti éticos.

De donde se originan los grandes capitales

Las fortunas de los grandes capitalistas, del capital, cabalgan sobre el tráfico de esclavos del Continente Africano, hacer perder su libertad a miles de hombres y mujeres arrebatados de su tierra, de su vida, de sus amores, de su cultura. En ese tráfico de esclavos consiguen las grandes potencias como Inglaterra principalmente y Portugal, amasar enormes cantidades de dinero, de capital que terminarían alimentando los procesos de industrialización en Europa.

De tal manera que cuando nosotros volvemos atrás y miramos de dónde viene el capitalismo y por qué lo adversamos, encontramos suficientes razones éticas y morales para impugnarlo.
Surge la necesidad de una alternativa al capitalismo.

Todos estos desmanes provocaron que hombres y mujeres comiencen a pensar en cómo superar el capitalismo, y así nacen los socialistas utópicos.

Vendrían después en el marco del capitalismo libre-cambista y monopolista los socialistas materialistas, los socialistas científicos, los primeros de ellos, Carlos Marx y Federico Engels, analizaron que era necesario construir una alternativa civilizatoria y cultura vivida distinta al capitalismo.
¿Qué peleaban las guerras mundiales? Qué potencia imperialista o colonialista debía gobernar, que era Inglaterra vs el naciente imperio alemán, quién tenía que dominar el Continente y más allá del Continente.

Los errores de la construcción de un modelo socialista burocratizado

En el medio de esa guerra, de la I Guerra Mundial se mete una cuña en el capitalismo, una cuña que comienza a hacer ruido, a distorsionar, estamos hablando de la Revolución Bolchevique de 1917. Donde se intenta crear el primer modelo, distinto al capitalismo que se fundaba a nivel mundial.

Y es donde el señor Yosif Stalin, se entroniza, construye una súper estructura dedocrática, una cúpula donde se tomaban las decisiones arriba, que es el politburó, la dirección del partido.

El socialismo sigue siendo una alternativa viable al capitalismo

Muchos se adelantaron en hacerles las honras fúnebres al socialismo, se alegraron y llegaron aquellos que dijeron: “No, el fin de la historia”, un tal Fukuyama. No, se acabó la historia, se acabaron las ideologías, se acabó las posibilidades de que los pueblos se emancipen, se reivindiquen, se liberen, porque se acabó el socialismo.

Esa es la puerta por la que entra el Socialismo del siglo XXI, en una batalla contra el neoliberalismo, contra las privatizaciones, contra la venta del país, contra la corrupción.

Otro tema es la democracia. No puede haber Socialismo del siglo XXI con las cúpulas como las de Stalin, con el todopoderoso politburó que tomaba las decisiones arriba democracia verdadera, no formal, democracia extendida, llanita, parlamentarismo social de calle, Consejos Comunales, Núcleos Endógenos, Fundos Zamoranos.

La naturaleza es otro de los temas. ¿Es necesario construir un modelo de producción? Sí, porque no nos vamos a morir de hambre, hay que producir, hay que aplicar la ciencia y la tecnología para construir vivienda, para construir industrias, para poner a producir haciendas, pero ser amigable con la naturaleza.

Del 100 por ciento de energía fotosintética que produce el planeta, el 75 o 65 por ciento, un poco arbitrarios estos datos, son consumidos por los países industrializados pero además quieren la Amazonia. El Socialismo del siglo XXI debe ser respetuoso en el equilibrio con ese portento natural, con la naturaleza.

La verdadera globalización es donde todos tenemos derecho, a que nuestros productos, nuestra mercancía, nuestro saber circule en el planeta, a que nos sirvamos de la tecnología. Una globalización que nos incluya, que nos incorpore, que no nos ponga al margen, que nos eche a la cuneta.

Creemos en esa globalización, no en la globalización neoliberal, porque es un hecho el mundo está globalizado. Lo que hoy afecta a los venezolanos está afectando también a otros en el otro lado del mundo.