En días pasados, el 14 para ser más precisos, la agencia Andina dio luz verde al siguiente titular: BID otorgaría crédito de hasta US$ 900 millones anuales al Perú durante próximos tres años. Y en su primer párrafo dice: El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobaría préstamos para el sector público del Perú hasta por 900 millones de dólares anuales para los próximos tres años, debido al aumento de la dinámica económica del país, informó hoy la representante del BID, Ana María Rodríguez.”

“Todo depende de la aprobación de un programa y del crecimiento económico del país. Los créditos podrían oscilar entre 750 y 900 millones de dólares anuales”. ¡Qué belleza y qué bondad! ¿no? Las hermanitas de la caridad o las émulas de la Madre Teresa han encontrado gonfaloneros eximios por estos pagos.

Añadió aquella señora: “Asimismo, adelantó que el BID está financiando un proyecto muy importante para propiciar una política de la nueva matriz energética del Perú que sea “nueva, eficiente y sostenible”. ¡Qué interesante! La tríada de términos apunta a la figura del león que muestra los dientes, por si acaso.

Se lee en el proyecto Perú LNG lo siguiente:

INTRODUCCIÓN

El proyecto PERÚ LNG (el “Proyecto”) consiste en el desarrollo, construcción y operación de una planta de gas natural licuado (GNL), de una terminal marina de carga y de un oleoducto de gas natural.

El Proyecto transformará el gas natural comprado de los lotes 56 y 88 en los yacimientos de gas de Camisea y lo venderá a Repsol Comercializadora de Gas S.A. (Repsol CG) para exportarlo de Perú a los mercados en México y posiblemente también a Chile y los Estados Unidos para su regasificación.

Este Proyecto es un elemento estratégico clave del plan energético global del Perú de explotar sus extensas reservas de gas en los yacimientos petrolíferos de Camisea exportándolos a otros países. El Proyecto “monetizará” los recursos de gas natural excedentes de la demanda peruana, proporcionando al país un recurso de exportación sostenible.

Se propone que el GNL comprado por Repsol CG sea transportado a México y posiblemente a otros países, incluyendo Chile; así, el Proyecto también contribuirá a un mayor abastecimiento de gas y diversificación de la matriz energética en otros países de la región.”

En la página de proyectos del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, se lee:

“El proyecto PERÚ LNG es un elemento estratégico clave del plan energético global del Perú de explotar sus extensas reservas de gas en los yacimientos petrolíferos de Camisea exportándolos a otros países. El Proyecto “monetizará” los recursos de gas natural excedentes de la demanda peruana, proporcionando al país un recurso de exportación sostenible.

Este proyecto generará aproximadamente 800 millones de dólares anuales en exportaciones en moneda fuerte, aumentando la exportación total del país en 1.5% aproximadamente y convirtiendo al Perú a mediano plazo en exportador neto de hidrocarburos.”

En consecuencia, la vinculación está demostrada de modo inequívoco porque la entidad que prestaría esas sumas enormes, US$ 900 millones anuales, durante el trienio que viene, apadrina el interesante proyecto Perú LNG en Camisea. La pregunta es muy simple por directa: ¿hay que cumplir al pie de la letra con esa aspiración de exportar GNL a otros países “incluyendo Chile”? ¿cómo dijo el ministro Valdivia que no era así?

¡Qué decepción, las hermanitas de la Caridad ya no lo son tanto! ¡y las émulas de la Madre Teresa se quedaron en buenas intenciones! Detrás de los abultados montos en dólares que enriquecen a pandillas de vividores de proyectos, planes, muchas veces quimeras que sólo exaccionan a los pueblos que pagan todo y no reciben nada en beneficio porque los grandes negociados, las empresas multinacionales, se llevan el 95% de los réditos, está la pezuña bancocrática exigiendo e imponiendo condiciones. Así de simple.

¿Quién o quiénes barnizan todo este engranaje bajo los mantos altruistas de desarrollo sostenible, sin riesgos y so pretexto de necesidades que pueden ser cumplidas bajo las premisas de la seguridad nacional y la inabdicable soberanía peruana basada en la soberanía popular que demanda no exportar gas a quienes se arman para guerras de invasión ya ocurridas en el pasado?: tecnócratas sin conciencia, ministrejos ocasionales, legiferantes absolutamente venales, periodistas mermeleros en la prensa escrita, radial o televisiva, estrategas pro domo sua, internacionalistas alquilables, toda una maquinaria que se alaba a sí misma y se regala preseas de eficiencia. En realidad, son muy buenos obsequiando lo que no es suyo, sino propiedad de los pueblos, de su historia y de su inviolable derecho a regir sus destinos.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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