Ahora, hasta los canales de televisión se ponen la camiseta de los equipos de fútbol. Y no hablo de la preferencia de tal o cual periodista por el club de sus amores, pues este favoritismo ha sucedido toda la vida (además es lógico y comprensible, pues nadie es imparcial ante nada en la vida).

Hablo de cuando los canales de televisión se colocan no solo el uniforme de un determinado equipo, sino que hasta “juegan en él”. Tal es el caso de Teleamazonas y su inusitada “fiebre amarilla”.

Pero esta inclinación futbolera no es gratuita (nada lo es en esta vida, ni “nada es eterno en el mundo”, como dice la canción de una telenovela que se trasmite, precisamente, por esta estación televisiva).

No, no lo es. Solo basta que salgamos por un momento del entorno deportivo y analicemos los entretelones de la vinculación económica y política de determinados medios de comunicación.

Así, para nadie es un misterio que el principal accionista de Teleamazonas es el denominado ‘Grupo Egas’, que, a su vez, es el dueño del Banco del Pichincha. Entonces, empecemos a atar cabos: si este 2008 el Banco del Pichincha firmó un millonario contrato con la dirigencia del conjunto “amarillo como el sol fue siempre tu color” (liderada por Eduardo Maruri, actual asambleísta de oposición a la corriente de cambio, y Luis Noboa, sobrino de Álvaro Noboa), para que el antes llamado Estadio Monumental ‘Isidro Romero’ se llame por cuatro años (por cuatro millones de dólares, respectivamente) Estadio Banco del Pichincha, ¿qué papel debe jugar Teleamazonas?

Simple: debe jugar el papel de promocionar todos los días, no solo en sus espacios deportivos sino en otros como los de farándula (léase en ‘En Corto’ y otras estupideces chismográficas por el estilo), al equipo ´Ídolo del Astillero’, a sus jugadores y, principalmente, a sus dirigentes (nada mejor para Maruri que encontrar un espacio televisivo cada día, a cada hora, para posicionar su imagen, no como presidente del equipo, sino como político de oposición). Es que la ecuación es fácil de comprender: Teleamazonas es Banco del Pichincha; Banco del Pichincha representa, ahora, al equipo con la más grande hinchada del Ecuador; entonces, Teleamazonas se pone la casaca amarilla, casi, casi, ‘a flor de piel’ ¡Todos nos beneficiamos del negocio! ¡Todos somos uno solo!

Y es que el fútbol no está aislado; lamentablemente, se inscribe dentro de una esfera mucho más grande y con más poder: la económica y la política, que lo utiliza a su antojo. Basta recordar cuántos presidentes, dirigentes o periodistas (casi, casi fanáticos a sueldo) del mencionado club fueron posteriormente catapultados a la política nacional: Galo Roggiero, Isidro Romero, Heinz Moeller, ‘Pocho’ Harb… Eso sin mencionar a qué partido social cristiano pertenecieron la mayoría de estos ‘aprovechados del fútbol’.

Pero volvamos a la gran ‘imparcialidad’ futbolera, nada gratuita, como ya vimos, de Teleamazonas: inclusive en las propagandas de su espacio deportivo, ‘Menos y palabras y más fútbol’, se observa cómo dos periodistas de este canal forman parte, también, del equipo titular del ‘Ídolo del Astillero’; más claro no canta un gallo: ahora, los canales de televisión se ponen la camiseta de su equipo de fútbol; claro, de aquel que vincule sus intereses económicos o los concentre en uno solo; en este caso, el eje es Banco del Pichincha, dueño de Teleamazonas y principal auspiciante de Barcelona (y menciono el nombre del equipo al último, por respeto a su gran hinchada, que no se merece ser títere de ningún partido político, ni de ningún afán o círculo político o económico).

Yo solo me pregunto: y si después del show, de tantas y millonarias contrataciones, de tanta expectativa, de tantas ‘noches amarillas’, de tanto jugar con la ilusión, Barcelona no queda campeón, ¿qué pasará? Ojalá que el Banco del Pichincha no suba las tasas de interés para cubrir el déficit de su inversión.