Al mismo tiempo que el PM redobla su ofensiva, la Exxon –empresa petrolera estadounidense- embarga, por 12.300 millones de dólares, al estado venezolano (PDVSA) y, sin casualidad alguna, Barack Obama, la –ahora- “esperanza negra” de los norteamericanos, para salir de su pantano local y global, se desboca, en plena campaña electoral, contra Hugo Chávez. Casi, casi, como si el presidente de la República Bolivariana de Venezuela fuera un candidato de los “demócratas” o de los “repúblicanos”, en el multimillonario maratón hacia la presidencia de EE.UU..

Hace algunos años el periodista y escritor Luis Britto García escribió un interesante libro dedicado a demostrar como “Una fracción de dueños de los medios prohibe toda disidencia y clausura de hecho la libertad de expresión y creación”. En la misma introducción de “Investigación de unos medios por encima de toda sospecha”, Britto García destaca: “… De tal manera pretenden algunos inversionistas –muchos de ellos extranjeros- que comprar un medio es adquirir un actor político, y que poseer el actor es confiscar lo político con miras a la incautación de las reservas de hidrocarburos más grandes del hemisferio a favor de una potencia hegemónica foránea. Para ejemplo del mundo, a los venezolanos nos ha correspondido mostrar que su poder tiene un límite en la voluntad soberana”.

Dicha afirmación es tan cierta como tan cierto era aquello de que la llegada de Chávez al poder abortó, entre otras cosas, que las grandes reservas petroleras y gasíferas de Venezuela pasaran a manos del capital privado estadounidense, regenteado –en empresas del ramo- por ex directivos de la CIA. Es bueno recordar que al momento de la irrupción de Chávez en la lucha política por el poder, ya se habían firmado los precontratos de la monumental entrega de soberanía, siguiendo el curso histórico de una burguesía y una partidocracia vendida al oro yanqui. De aquel aborto, entonces, este embargo. Memoria, mucha memoria, como reza la canción.

El PM (Partido Mediático), integrado a escala transnacional por poderosas corporaciones pertenecientes a multifacéticas ramas de la producción y de la ruleta financiera, no ceja en su ataque a Chávez y al proceso transformador propuesto por la Revolución Bolivariana, porque –como ya dijéramos alguna vez- ese ejemplo siembra rebeldías y combate servilismos.

“Aquí se nos impuso a plomo, sangre, fuego y llamas el modelo colonialista que terminó siendo un capitalismo dependiente, origen de nuestra tragedia, de nuestro atraso, de nuestro subdesarrollo, de nuestras miserias. La Europa, y después Estados Unidos, nos han impuesto un modelo: El capitalismo, que destroza el mundo, destroza las sociedades” (Hugo Chávez, discurso en la Asamblea del batallón de aspirantes a militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela, 28 de julio de 2007).

Del PM venezolano y sus respaldos internacionales, exacerbada la lucha intercapitalista en su nuevo ciclo de acumulación, podría hablarse mucho. También sobre los más vitales recursos de la humanidad, asediados por las multinacionales de la depredación y la codicia. Sin embargo, quizás como una de las no pocas manifestaciones más interesantes sobre la esencia del capitalismo y su voracidad y ensañamiento, parece oportuno recordar –como lo hace Britto Garcia, en su libro antes citado- a Albert Einstein:

“El capital privado tiende a quedarse concentrado en algunas manos en parte por motivo de competencia entre los capitalistas y en parte porque el desarrollo tecnológico y la división del trabajo, en aumento, estimula la formación de unidades más grandes de producción a costa de las más pequeñas. El resultado de este desarrollo es una oligarquía de capital privado cuyo poder enorme no puede ser controlado aún por una sociedad política, democráticamente organizada (…) Sobre todo, en las condiciones existentes, los capitalistas controlan inevitablemente, directa o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y en verdad en las mayoría de los casos imposible, para el ciudadano individual sacar conclusiones objetivas y hacer uso inteligente de sus derechos políticos”.

La Revolución Bolivariana, atacada por el PM, se plantea el salvataje de toda individualidad sumida en el páramo de la ignorancia, la impotencia y la dispersión, alentando el ejercicio de la lucha colectiva frente a cuestiones de vida o muerte. Eso, y que le desnuden su filosofía expoliadora y embustera, al PM le duele en el alma.

* Presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP)