Actualmente son muchos los que comparten la convicción de que el periodismo juega un papel clave en la sociedad moderna y es una herramienta privilegiada por los ciudadanos para conectarse con su país y el resto del mundo. Sin duda, los medios de comunicación tienen la capacidad de impulsar procesos sociales relevantes e instalar visiones sobre diferentes problemáticas en la opinión pública. Por ello, el ejercicio de la libre expresión del pensamiento debe guardar estrecha relación con las necesidades y objetivos de la sociedad, si se quiere evitar que unos pocos grupos vinculados con los centros de decisión económica y política administren la comunicación en su beneficio.

La verdadera fortaleza del periodismo es dar a la gente la confianza y la convicción para apropiarse tanto del proceso como de los contenidos de la comunicación dentro de sus comunidades.

Como siempre que puede y debe haber una forma mejor de hacer periodismo, nos pusimos en la tarea de encontrarla. Le pedimos a muchas personas de gran talento, que se unieran a nuestra pesquisa bajo una premisa simple: es posible encontrar formas efectivas de usar la disciplina de la comunicación para contribuir a acelerar el ritmo del desarrollo. Sabemos que cuando la comunicación se convierte en un elemento integral del proceso de desarrollo y se la ejecuta inteligentemente, el proceso de desarrollo es más sostenible. Y también creemos que una intensa labor proselitista es necesaria para contribuir a que la comunicación sea aceptada como el factor integral que es, dentro del proceso de desarrollo.

La comunicación para el cambio social es una forma particular de hacer comunicación y una de las pocas aproximaciones que puede ser sostenible. Esta sostenibilidad se debe, en gran medida, a que los individuos y comunidades afectadas se han apropiado tanto del mensaje como del medio, del contenido y del proceso.

Free Way FM es un producto surgido en la era menemista, que irrumpe en la radio intentando construir un espacio contrahegemónico de información. Las noticias difundidas no son seleccionadas de acuerdo a las pautas establecidas por la agenda mediática.

Desde el primer día, y a lo largo de estos casi 10 años de trabajo comunitario, nos Comprometimos con una nueva agenda para la comunicación: con una comunicación que otorga poder (empodera, “empowers”) a la comunidad, que va de “muchos-a-muchos” (horizontal vs. de arriba-abajo), que le da voz a los hasta entonces no escuchados y que hace énfasis en contenidos y propiedad locales. Las acciones a seguir, sobre las que nos pusimos de acuerdo después de largas deliberaciones, incluyen el compromiso de convencer a otros del valor de esta aproximación (ampliar el debate), publicar artículos sobre la eficacia de este enfoque y continuar estudiando sus perspectivas en un escenario regional.

La información en la sociedad no se reduce a permitirle a la gente saber lo que debería hacer o pensar. La información es poder: le permite a los individuos y comunidades darle sentido a sus vidas y forma a sus aspiraciones. Es decir, tomar el control de sus propias vidas.

En muchas regiones del mundo la gente tiene muy poco acceso a información proveniente de fuera de su comunidad, información que le permitiría encontrar ese “sentido”. Pero en nuestras sociedades, a pesar de las múltiples posibilidades de acceso a la información, sectores de la población, históricamente marginados y excluidos, continúan “sin voz” e “invisibles”, porque quienes controlan los canales de información se niegan a compartir equitativamente el acceso a ella. Los principios de la comunicación para el cambio social están enfocados hacia el uso de una comunicación directa, de “muchos-hacia-muchos”, originada en las mismas comunidades afectadas.

Comunicación significa la posibilidad de construir opinión pública y conciencia crítica, en la medida de que se haga desde un lugar que respete los intereses populares. Se puede construir desde dos lugares: desde los medios del sistema como predominio de la cultura que domina o desde los medios que buscan, desde la construcción de lo alternativo, producir gestiones a través de una información calificada y un pensamiento crítico. Estos segundos somos los menos, pero aun siendo los menos estamos generando una calidad de experiencia inédita en la comunicación argentina.

Finalmente, mucha de la disconformidad que los periodistas manifiestan con respecto al medio en el que trabajan puede ser canalizada de forma más productiva si se realizan propuestas estimulantes. La sociedad debe exigirnos que los informemos para tomar decisiones políticas, es decir, que les devolvamos el derecho a ser “ciudadanos de alta intensidad”.

Para ello, la información no debe olvidarse del contexto en el cual se producen las noticias, es decir, de la historia de los sucesos.

La sociedad no nos necesita tal cual somos, sí nos necesitan de otra manera. Nosotros, los periodistas, necesitamos ser distintos para poder conservar la autoridad de la palabra, para darle un sustento, para no vaciarla de todo su sentido.

El análisis sobre el papel de los medios se entronca con los instrumentos disponibles para preservar el mundo de valores y dotar a las nuevas generaciones de capacidad crítica. Alimentar la responsabilidad ciudadana, la maduración de las personalidades, la integración de la comunidad, el ámbito personal de libertad, de expresión y de acceso a la información son todos objetivos propios de los medios de comunicación responsables (ANC-UTPBA).