El rey de España, Juan Carlos recibiendo al presidente de Colombia, Álvaro Uribe.
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El pasado 23 de enero, con motivo de la presencia de Álvaro Uribe en España, la corresponsal en Madrid del diario colombiano El Tiempo Juanita Samper Ospina, publicaba una información titulada: «España ofrece a Álvaro Uribe defender la soberanía de Colombia en la frontera». Se refería a la discusión entre Chávez y Uribe durante los días en que el venezolano gestionaba la liberación de las retenidas por las FARC.

Según afirmaba la periodista, «el anuncio fue hecho por el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez, luego de reunirse con el mandatario colombiano, al cierre de su visita a Madrid». De «manera directa y franca el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, a los medios que siguieron el encuentro de los dos mandatarios en La Moncloa», les dijo que «el Gobierno español está y estará con el Gobierno de Colombia cuando deba enfrentar un problema de soberanía en su frontera y cuando deba determinar qué hacer en su relación con las FARC».

Junto a las declaraciones de Zapatero, «en el Palacio de la Zarzuela, el rey recibió al mandatario colombiano con un cariñoso abrazo en la mañana y el monarca no tuvo problema en saltarse el protocolo para saludar a cada uno de los periodistas presentes, tal como se lo solicitó el Presidente colombiano».

Lo sucedido el pasado sábado ha sido precisamente una violación de la soberanía de Ecuador en la frontera, en este caso por Colombia, puesto que aviones bombardearon dos kilómetros al interior de Ecuador y posteriormente las tropas entraron a llevarse algunos cuerpos.

Los españoles que esperan tener un presidente coherente y respetuoso con la legislación internacional y los ecuatorianos que no aceptan ese atropello, están esperando que el presidente español, Rodríguez Zapatero, al igual que han hecho los de Venezuela, Chile, Cuba o Nicaragua, ofrezca a Rafael Correa, la defensa de la soberanía de Ecuador, tal y como se la ofreció a Colombia cuando se suponía que sería violada por Venezuela.

Si al gobierno español le preocupa la violación de la frontera colombiana por un gobierno (el venezolano) que buscaba la liberación de personas, más le debería preocupar una violación por un gobierno (el colombiano) que buscaba la muerte de seres humanos.

Sin embargo ahora el Gobierno español se ha limitado a señalar que «sigue con preocupación» la crisis tras la muerte de Reyes y ha hecho un llamamiento a Colombia, Ecuador y Venezuela a la «calma» y a que resuelvan «sus diferencias» mediante la diplomacia. En un angelical comunicado emitido por el Ministerio de Exteriores, «España hace un llamamiento a la calma y encarece a las partes para que resuelvan sus diferencias utilizando los canales diplomáticos, por medio del diálogo, la cooperación entre vecinos y la buena fe».

Eso sí, España sigue vendiendo armas a Colombia. Es el segundo país, por detrás de EEUU, en prestar ayuda militar al ejército colombiano. En 2004 la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) denunciaba la decisión del Gobierno español de vender a Colombia carros de combate y obuses valorados en más de seis millones de dólares.

Amnistía Internacional denunciaba en julio de 2007 el caso de ventas de armamento español a Colombia, «donde no aparecen datos de guerra, sino material de doble uso, que puede ser utilizado como material de Defensa». Según su portavoz «la falta de información genera menos control». Así, la venta de 15 carros lanzaobuses a ejército colombiano, fabricados por una empresa radicada en Asturias, por valor de 13 millones de euros «desapareció»’ de los informes.

Fuente: Rebelión, 04-03-2008.