La verborrágica tragedia del Perú tiene un paradero impresionante en el onanismo colectivo que significa hacer análisis tras análisis, exégesis tras exégesis, de nuestras múltiples taras, defectos y subdesarrollos. Millones de dólares se han empleado en sufragar a paniaguados inventores de la pólvora y desempleados que se hacen llamar intelectuales, con la salvedad que piensan a la carta. La Defensoría del Pueblo emite, cada 15 minutos, una reflexión, un pensamiento, otro cuadro reiterativo, de la inmensa baraja de estulticia colectiva. ¿Es Defensoría o ministerio de Opinión?

Leamos los titulares de algunas notas de prensa que versan sobre: campaña de transporte escolar; educación inclusiva, confianza en la Defensoría salva vida en Monzón; consideraciones acerca de las condiciones carcelarias de ex presidente Alberto Fujimori; registro de prácticas ilegales en municipios y deficiencias en sus servicios; informe sobre tercio superior; exhorto a INRENA a cumplir con las normas técnicas de rendimiento de maderas de exportación; registro de un total de 83 conflictos sociales en el mes de enero; advertencia sobre la vulneración del derecho a la gratuidad en la educación primaria, etc, etc.

En castellano simple: el ministerio de Opinión que dirige, con dinámica agilidad Beatriz Merino, emite textos de cuanto se le pone al alcance. En suma, un superministerio de filosofía y opinión.

¿Es tan simple el asunto? No lo parece.

La señorita Beatriz Merino es socia de la Comisión Andina de Juristas al lado de Allan Wagner y el dueño máximo, Niño Diego García Sayán. Compruébase, merced a la información pública, que el triunvirato de carácter privado, tiene ingerencia en asuntos de la cosa pública, la Defensoría, la Comisión de La Haya y la cooperación externa en la que está como segunda de a bordo, la especialista en educación de párvulos, Mariella Pinto Rocha. Hasta donde se sabe, novia de Niño Diego. Pocos años atrás, aquél fue un lamentable canciller que en una de sus escapadas se dio un viajecito de placer a China (con todos los gastos pagados) y aprovechó para llevar a su amadísima pareja. El romance, tal como van las cosas, parece ser un hecho muy rentable.

Se perfila, gracias a su espectacular y meritorio protagonismo, como candidata potencial al 2011, la actual ministra de Comercio Exterior, Mercedes Aráoz que estaría desmarcándose, con mucha rapidez, de otra aspirante, también ministra, del portafolio de la Mujer, Susana Pinilla, y que antes estuvo en Trabajo. En tiempos en que una dama, Michelle Bachelet, la guerrerista que logró que Chile invirtiera miles de millones en armamento, está en la primera magistratura del país austral, aquí pareciera que ya hay no las dos antecitadas, sino tres, con la inclusión de Beatriz Merino (y la procesión va por dentro), candidatas a la presidencia para el trienio que viene.

¿Es lícito que el dinero del pueblo que paga a esas dos ministras y a la otra funcionaria, para encargos específicos, se use para la satisfacción de ambiciones legítimas pero que no pasan de ser temas personales que debían ser sufragadas, al 100% por sus respectivos o respectivas protagonistas? Ahora resulta que la cobertura obligada que da el Estado, es la novísima forma de hacer campaña, en la televisión, la radio y los medios escritos de todo el país. Virtuales anónimas, desconocidas casi, hasta antes de estar en los ministerios actuales, devienen personajes nacionales sin ninguna base social o partidaria, que las acompañe en la justa.

O ¿hemos entrado a otra etapa de cómo vivir sin problemas, encaramándose en el Estado que todo lo paga, y que fleta contrabandos a costa del dinero del pueblo? ¡Ahora más que nunca, es urgente, la declaración urbi et orbi, de estas tres personas, que no están haciendo campañas presidenciales. Y así como usan los medios para sus respectivas carteras, hoy deben deslindar un asunto que tiene mucho que ver con la limpieza en la cosa pública. ¡Y sí están haciendo proselitismo, entonces tienen que renunciar de inmediato!

Y en cuanto a la Defensoría, no cabe duda ya que es usina de opiniones al por mayor, para todos los gustos, y para permitir que decenas de profesionales tengan un sueldo a fin de mes, pero no para cualquier cometido, sino para el que les pagan, un genuino ministerio de Opinión.

Dice una canción: la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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