La inflación es uno de los indicadores que se lo calcula principalmente de acuerdo al flujo de los precios de los productos de primera necesidad, como arroz, azúcar, leche, papa, aceite, jabón, entre otros productos que constituyen la canasta básica; la cual ha tenido un devastador incremento a partir de haberse implementado el modelo de dolarización, por cuanto al comienzo de este nuevo proceso monetario, la canasta estaba bordeando los 200 dólares y ahora supera los 470 dólares, es decir un incremente de más del 100%.

Los ecuatorianos, en su mayoría, no conocen que todavía nos encontramos con la herencia del modelo neoliberal, el cual tuvo como principio fundamental aislar al Estado del control de la economía, para que sean las leyes del mercado, como la oferta y la demanda, las que regulen los precios de los productos; esto significo un negocio redondo para los empresarios, por cuanto ellos tienen bajo su control los medios de producción y, sin ninguna competencia, pueden asignar los precios de los víveres a su antojo.

Solo vale recordar quiénes son los dueños de las principales empresas de la harina, la sal, los aceites, jabones: son Álvaro Noboa y Febres Cordero, quienes se encuentran vinculados al PRIAN y al PSC, partidos que tienen ramificaciones en sectores como las Cámaras de Producción y la Junta Cívica de Guayaquil.

El modelo neoliberal que fue aplicado drásticamente desde Febres Cordero hasta Alfredo Palacio, destruyeron las principales empresas estatales de producción y comercialización; ahora ya no existe ENAC ni EMPROVIT, que eran empresas del Estado, las cuales ponían en el mercado productos de primera necesidad con precios más bajos que el de las privadas.

Con la asunción de Rafael Correa a la Presidencia, los grupos de poder han visto que sus privilegios se están limitando, por ello están buscando una serie de estrategias para que el pueblo se desilusione de él; esta subida de precios se trata indiscutiblemente de una de las acciones de boicot de la oligarquía contra el proyecto de cambio, una fórmula con la que buscan desestabilizar al gobierno de Rafael Correa.

Los grandes medios de comunicación, al servicio de los intereses de la derecha, hacen lo suyo, denuncian el problema, constatan la preocupación y descontento popular, pero hasta ahí. Les interesa crear un ambiente de inestabilidad y rechazo al gobierno y a la Asamblea Constituyente.

Esta alza de precios es un asunto de carácter político e ideológico, por cuanto los dueños de los grandes medios de producción están en manos de la oligarquía; este antipopular mecanismo les sirve para enfrentar las decisiones tomadas y las políticas a implementarse por parte de la Asamblea Constituyente, que afectan a sus intereses (reforma tributaria, incremento salarial, eliminación de las fundaciones, control a la tercerización, etc.).

Los alcances de la derecha no tienen límites, vale recordar que actuaron de igual forma contra el gobierno de Salvador Allende, Evo Morales y Hugo Chávez.