Después de la crisis en el Grupo de Rió nos queda un sabor amargo que implica tratar de hacer un análisis de lo ocurrido o más bien de lo que está ocurriendo. Antes y durante la Reunión del Grupo los insultos estuvieron a flor de labio y todos los analistas se preguntaban, aparte del hecho en si, que nadie aprobó, es decir la intervención colombiana parecía que el tema estaba como muy desbordado incluso con aprestos belicistas por unas de las partes. Es decir el escándalo sobre pasaba largamente los hechos reales. Esto lógicamente obliga a meditar profundamente sobre lo que está sucediendo, pues el tema no se le puede dar por terminado y mucho menos zanjado. La verdad es que estamos frente a una acción muy bien orquestada hacia una división o polarización de América del Sur. Ha quedado totalmente de manifiesto un eje que lo conforman Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y hasta cierto grado evidente la Argentina. Por otro lado aparecen como los objetivos de dicho eje Colombia y Perú por ser los más claros oponentes. Este accionar internacional se está llevando a cabo en base a que por un lado los EEUU se encuentran empantanados en Irak y Afganistán y no muy claramente en lo relativo a Irán, por lo que nuestra región no representa, en lo inmediato un mayor interés y por lo tanto nadie se está ocupando de lo que aquí realmente sucede. Por otro lado tenemos que la política norte americana ha ido empujando a Rusia hacia un aislamiento que la he hecho volverse más activa en términos internacionales y por ello se comprende la venta de armamento sofisticado de última generación a Venezuela y que coadyuva a un eje de productores de petróleo (Rusia, Irán y Venezuela como los más importantes) conjuntamente con una política de promoción del enfrentamiento. Este no es un problema ideológico como si lo fue la guerra fría. Aquí no hay ninguna ideología manifiesta, es un sancochado de populismo, dizque nacionalismo, conjunto de descontento, y que se auto titulan socialistas de nuevo cuño, y que todo ello agrupado están dando esta nueva actitud. Por supuesto que a nuestros vecinos del Sur les conviene esta situación pues ellos continúan apoyando a Ecuador y quién sabe hasta también promuevan lo anterior al ser conocedores que por lo menos Perú tendrá que preocuparse más y distraer no sólo atención sino también recursos. Nos preguntaríamos y con razón el ¿porque de la actitud de Argentina? pero la respuesta no sólo esta en que pueden colocar sus productos más rápido y a mejor precio sino que también obtienen petróleo y gas a la vez que recuperan una presencia hemisférica que habían perdido ya hace un buen tiempo. Lo lamentable de todo ello es que se perfilan nuevos elementos de confrontación entre ambos bloques. Tenemos que Perú pondrá prontamente en vigencia su TLC con los EEUU y es probable que Colombia también obtenga el suyo lo cual los desmarcara evidentemente de los otros mejorando sus condiciones de crecimiento mientras que en el otro modelo aumentaran las carestías de consumo y la inflación, tal como lo estamos percibiendo. Por la tiranía del espacio nos vemos obligados a continuar la próxima semana