Jornal de Arequipa, febrero 2006

Los cómplices del affaire de los 20 millones que el dueño de Frecuencia Latina facturó al Estado peruano por el despojo temporal de este canal de TV fueron los árbitros nombrados por el Estado los mismos que, también, cobraron la suya. Estos tres honorables caballeros responden a los nombres de Felipe Osterling Parodi, Jorge Avendaño Valdez y Jorge Santistevan de Noriega y fueron los que determinaron que el avariento judío cobrara esa astronómica cantidad.

Los tres socios del arbitraje, se presume imparciales, pertenecen a una élite de abogados unidos por el cordón umbilical de la Pontificia Universidad Católica del Perú, defensores legales de grandes empresas que contratan sus servicios para enfrentar los conflictos que tienen sus patrocinados con los trabajadores o con el Estado. Pero esta vez, estos tres juristas venerables fueron muy lejos y privilegiaron el pago de los servicios prestados a la lucha "por la libertad" como la entienden los empresarios y abogados como ellos. Conocidos como los "Winsconsin Boys". La troika Osterling-Avendaño-Santistevan no vaciló un minuto en otorgarle al colchonero, no estamos seguros si imparcial y gratuitamente, una suma negada a otros ciudadanos que si lucharon contra la dictadura y que si lo perdieron todo, hasta la vida. Sin embargo este "luchador" de la hora 25, que libraba sus batallas "por la democracia" desde Tel Aviv, Varsovia, Miami, o Boca Ratón.

Estos señores, uno de ellos ex "Defensor del Pueblo", no titubearon en fallar en favor del millonario pago para este sui géneris mártir de la libertad de expresión, que aplaudió el golpe de abril el 92, pero que, en extrañas circunstancias, casi como un exabrupto, cambió de giro para denunciar algunos "excesos", como solían decir, de la dictadura que respaldó hasta fines de 1996, contando con alfiles tan eficientes como Luis Iberico, el periodista que se fue de corresponsal de guerra para cubrir las glorias del Ejército de Hermoza Ríos en la Tiwinza que nunca fue tomada, pero que sí regalada.

Tan importantes son estos tres señores, los del arbitraje, que nadie los nombra, nadie los toca. Una campaña envolvente ha hecho que la candidata Flores salga a justificar el pago como algo normal. El candidato García, marcando la diferencia, ha dicho lo mismo y el antisistémico comandante nacionalista se calló, recordando, tal vez, los pagos que recibió su padre por defender a la Cerro de Pasco Co. El diario más importante y los canales de TV hicieron, también, causa común con el hijo de Sión.

Ni ccoras

Nadie podría asegurar que el Mossad le advirtió, a tiempo, del futuro que le esperaba con Fujimori y decidió el viraje. Desde entonces se tuvo un "broadcaster" en las luchas populares, solo que, al disolverse el matrimonio con el chino, en el reparto de bienes, Montesinos le peleó el canal 2, que entregó a los socios menores de la empresa. Esa fue su lucha por... la libertad y por la que pasó factura.

La lucha contra la dictadura fujimontesinista del patrón de Cecilia Valenzuela se sintetiza en la interrupción de sus vacaciones en Varsovia y en el mal momento que le hicieron pasar en el aeropuerto de la capital polaca. Esas molestias fueron calculadas en 40 millones (31 para otros) de los cuales el Estado, por determinación del arbitraje de los doctores nombrados, le pagaron "solo" 20 millones que se los metió al bolsillo, porque fue él, personalmente y no su canal de televisión el que libró la gran batalla por la libertad, mientras que a la gente que marchó en los 4 suyos, a los deudos de La Cantuta y Barrios Altos y el Banco de la Nación no les dieron, como decimos por acá: Ni ccoras (hierba mala).

La conducta de los medios no es menos cómplice que la de los árbitros del Tribunal. Hecha la denuncia por el periodista César Hildebrandt todos salieron a defender a Ivcher, unos más incondicionalmente que otros. Rosa Palacios desde su torre de marfil entrevistó, no a Hildebrandt, sino a Cecilia Valenzuela, aludida periféricamente por Hildebrandt, que inteligentemente aprovechó la oportunidad para abominar de su competidor, orientando los titulares del día siguiente: "Cecilia desmiente a Hildebrandt".

Lugares y apellidos comunes

Wisconsin Boys (*)

En 1917, el Padre Jorge Dintilhac SSCC fundó la Universidad Católica con las Facultades de Letras y Jurisprudencia. En 1963, el RP Felipe Mac Gregor SJ asumió el rectorado de una universidad inmersa en una realidad en constante transformación. Para ello se contó con el valioso apoyo de la Fundación Ford. Fue en la Facultad de Derecho donde se implementó una reforma de gran trascendencia. Al respecto, en 1964 el Dr. Jorge Avendaño (Valdez) como decano de Derecho observó con mucha intuición la necesidad de renovar el sistema de enseñanza "... En 1966, se constituyó la Comisión designada para realizar la visita a las universidades norteamericanas. Estuvo conformada por los doctores Jorge Avendaño y Felipe Osterling Parodi. Las opciones eran múltiples y finalmente en 1967, gracias al apoyo de la International Legal Center, se tomó contacto con la Universidad de Wisconsin con la que al año siguiente se firmó un convenio. Los primeros en incorporarse al programa fueron: Francisco Oliart, Luis Pássara y Lorenzo Zolezzi. Desde entonces viajaron tres profesores por año: en el segundo grupo viajaron Domingo García Belaunde y Baldo Kresalja. En el tercero: Jorge Santistevan de Noriega, Miguel de Althaus y Mario Roggero y en el último, en 1971: Eduardo Ferrero Costa y Javier de Belaunde. Ellos permanecieron aproximadamente nueve meses en Wisconsin, pero también viajaron otros profesores a capacitarse por períodos de hasta sesenta días, encontrándose entre ellos a Fernando de Trazegnies, Felipe Osterling y Juan Armando Lengua Balbi.

(*) Publicado en Boletín Informe, Lima: PUCP, 14 de abril del 2003