Dependo de los contratos que obtengo, y de mis contratistas y sé hasta qué punto estoy dispuesto a llegar y tengo muy en claro con quiénes no quiero trabajar.

Muchas veces cuando trabajaba en los medios, no tenía en claro para quién trabajaba, para qué político, para qué lobby, para qué privatizadora...

Gano lo mismo que un reportero gráfico en un medio, pero estoy en mi casa, con mis hijos, con mi compañera y es como una gran inversión a futuro.

¿Qué es la verdad en la argentina de hoy?. Podría suponer que al no mostrar los medios ningún chico con hambre en Tucumán, que todos los chicos comen cuatro comidas por día. Pero, como los departamentos contables recortan los gastos de los medios, nadie viajará a Tucumán a ver qué pasa y las únicas noticias que se cubren son las de la ciudad (Lugano y Mataderos quedan muy lejos).

Podría suponer que como los medios no tratan más la situación de los marginales y de los que están por debajo de la línea de la pobreza, que todos solucionaron sus problemas.

Aquella estadística que decía que 7 de cada 10 chicos de 0 a 18 años, viven en hogares que están por debajo de la línea de la pobreza, o que el 60% de los chicos de 14 a 24 años no estudian y no trabajan, no debe estar para ensuciar la edición de ninguna revista.

Pero, también, sé que ningún proyecto editorial se podría vender si no trae un importante culo en la tapa, también sé que "Gran Hermano", Susana y Tinelli son un éxito...

También, sé que los lectores hacen al medio y que en una redacción, cuando se discute qué es noticia, la empresa podrá mostrar los estudios de mercado para determinar los contenidos y terminar así toda discusión intelectual.

Hace mucho que creo que es mejor esperar tiempos mejores agazapado contra el viento, que llegará un tiempo de cambio y es ahí, donde creo que debo estar más tiempo con mis hijos y decirles que contra Gran Hermano, Susana y Tinelli están Cortázar, Gabo, Orwell y tantos otros, para enseñarnos que hay otros mensajes y otros contenidos (Y escapar con un libro entre las ropas, antes que lo quemen los bomberos de Fahrenheit 451).

Y a veces pienso en Orwell y me imagino sentado en un bar en silencio, observando una pantalla y escuchando y aceptando y respetando el discurso mediático del Gran Hermano.

En fin, preferiría una en la que ganan los buenos, de las que la TV en blanco y negro pasaba los sábados a la tarde...