Jorge Valdez firmó el pasaporte diplomático de Vladimiro Montesinos

Jorge Valdez Carrillo*, ex secretario general de la Cancillería, uno de los masacradores de sus propios colegas con la poda de 1992, fujimorista a ultranza y capitoste de la traición en Arica en 1999 con los malhadados tratos con Chile en noviembre de ese año, es el flamante nombrado por Torre Tagle para ver los temas referidos al Tratado de Libre Comercio con Gringolandia. ¡Cómo se nota que la renovación a la inversa ha llegado al ministerio de Relaciones Exteriores! ¿Regresa en gloria la mafia?

El 29-12-2000 escribí en Liberación en “La Paca en Torre Tagle”, sin respuesta ni rectificación de ninguna especie: “Preguntaron los congresistas de la Comisión que investiga al facineroso Vladimiro Montesinos por causa de qué el pillo Jorge Valdez extendió al ex capitán el pasaporte diplomático 3358 cuando era Secretario General de Torre Tagle? ¿No fue ello una violación palmaria de los reglamentos internos sobre esta clase de documentos? ¿Acaso un simple asesor podía ser investido con un pasaporte así? ¿Cuánto dinero hubo de por medio en este enjuague repugnante? ¿Cómo es posible que este sujeto haya sido confirmado como embajador del Perú ante Naciones Unidas, si hay pruebas de los actos delictivos que ha impulsado en compañía de su cófrade Alfonso Rivero Monsalve quien vería en peligro su nombramiento de Washington al Vaticano? Lo cierto es que la mafia se muere de miedo y ya empieza a sentir que el periodismo y la indignación popular, por más coartadas y mañas que saquen de la manga, no cejarán en su empeño de poner en la picota y en el cadalso a los cacos que hicieron del decenio 1990-2000 uno de los más asquerosos de la vida republicana del Perú.”

Valdez Carrillo estuvo involucrado en un tema relacionado con el alquiler irregular de helicópteros mientras estuvo en Naciones Unidas. Sobre el particular, el 13-1-2001 en Liberación anoté en “Está comprometido el honor de la Cancillería”: “¿Desde cuándo una embajada, representación o consulado recibe instrucciones que no sean las que provienen de Torre Tagle? Pues nada menos que el ex secretario general de la Cancillería y actual Representante del Perú ante Naciones Unidas, Jorge Valdez Carrillo, el mismo que extendió el pasaporte 3358 al delincuente Vladimiro Montesinos, ha declarado públicamente que abrió una cuenta corriente en banco extranjero y efectuó transferencias por instrucciones de un general en retiro. ¿De un militar o del mismo prófugo en Japón, Alberto Fujimori? Valdez está vinculado por razones que tiene que aclarar, al caso de los helicópteros cuyo alquiler recibió y transfirió los fondos a una empresa en Lucerna, Suiza.”

Hace pocos días se tomó conocimiento que otro rabioso apóstata de Torre Tagle, masacrador y caporal de sus pares diplomáticos, Jorge Voto Bernales, había sido nombrado representante del Perú en Naciones Unidas. ¿Cuándo nominan a Fernando de Trazegnies para que con Jorge Valdez Carrillo y el traidor viceministro de Defensa, Fabián Novak Talavera, completen una de las más sucias troikas proditoras de la historia reciente del Perú? Se sabe, además, que Ricardo Luna y Hugo Palma, ya tienen en el bolsillo sus nuevas responsabilidades como embajadores. ¡La mafia está de plácemes!

En mensaje cifrado y con número MCI ID: 436-9651, de fecha 26-11-1999, Jorge Valdez Carrillo se dirigió al cuerpo diplomático y escribió: “Es oportuna la ocasión para que todos reflexionemos sobre temas inherentes a nuestro servicio diplomático y tomemos conciencia del reto que tenemos por delante, que sólo podremos enfrentar exitosamente, en la medida que actuemos con profesionalismo, dedicación, responsabilidad y espíritu de cuerpo, pero fundamentalmente anteponiendo el interés del Perú y del fortalecimiento del servicio a las expectativas individuales”.

Pocos días atrás, en el mismo noviembre de 1999, en “negociaciones” con Chile, Fernando de Trazegnies, Jorge Valdez Carrillo y Fabián Novak Talavera, habían traicionado al Perú en cuanto a nuestros derechos de soberanía restringida en Arica y en virtud del cumplimiento del Tratado del 3 de junio de 1929 y su Protocolo Complementario porque habían, adrede y alevosamente, “ignorado” un documento negociado por el presidente Leguía en 1929, el mapa con el Plan de remozamiento del Puerto de Arica y que hubiera impedido la preponderancia del vecino del sur. Al traidor Fabián Novak le fue entregada una condecoración por Chile por “negociar” contra Perú. Y el muy descastado lo pone en blanco y negro en su libro sobre aquellas vergonzosas jornadas. Y allí estaba como SG de la Cancillería, Jorge Valdez Carrillo, hoy embajador especial para el TLC con Gringolandia.

El 8-2-2001 en Liberación en “La Cancillería es una fiesta” sostuve que “Hay que recordar hoy el mensaje del embajador Felipe Valdivieso, hombre integérrimo que fuera viceministro de Relaciones Exteriores, embajador en Ecuador y un luchador por la causa de los “cesados” gracias a la acción proditora de muchos de los antecitados, quien expresó el 3 de agosto de 1994: “Para ello, queda aún mucho por hacer; lograr que se derogue la malhadada Resolución Suprema 453 y se modifiquen sustancialmente las dos normas legales que la originaron; luchar por nuestra reafirmación institucional restableciendo los sólidos valores morales y éticos que siempre presidieron nuestra profesión; unir esfuerzos para recuperar nuestro rol en la vida nacional e internacional; coadyuvar a una cada vez mejor gestión diplomática que se adecúe –como lo hizo antes- a los nuevos escenarios de la política mundial; fortalecer el carácter profesional de la carrera con el pleno restablecimiento del rol formador y de ingreso al Servicio de nuestra Academia Diplomática; y defender la esencia gremial de la Asociación de Funcionarios del Servicio Diplomático, para que constituya un elemento independiente de unidad, defensa y verdadera solidaridad entre todos sus integrantes”.

Ciertamente Jorge Valdez Carrillo y Jorge Voto Bernales incumplieron, al pie de la letra, todos los loables postulados apuntados por el embajador extinto Felipe Valdivieso. No sólo pasaron los faxes que anotaban los nombres de los yugulados de 1992, sino que también, a su regalado gusto, manejaron, pusieron u obliteraron o cambiaron, los nombres de unos sobre otros para favorecerlos o enturbiarlos. ¿Y estos son parte del “cambio responsable” que prometió el presidente García y que debía ayudar a manejar el “demócrata” canciller José Antonio García Belaunde? ¿Qué, no conoce a los tristemente célebres Valdez y Voto Bernales?

No es todo. ¡Y esto es impresionante! Cuando los diplomáticos cesados iban ganando sus Recursos de Amparo ante el Tribunal Constitucional, para ser repuestos en sus cargos por la poda que organizaron, entre otros Valdez, Voto Bernales, Luna, Palma, Rivero, el mismísimo Jorge Valdez solicitó una audiencia, como se puede ver en los registros de esa institución (a menos que los hayan quemado o “desaparecido”) para “demandar” en aras de la “reorganización” que él conducía como SG de Torre Tagle, que el TC sentenciara en contra de los cesados. ¡No le importó que fueran esos diplomáticos, padres de familia, colegas o conocidos!

En la dirección de Cooperación Técnica había un embajador de siglas ZC que puede dar testimonio de cómo Jorge Valdez estuvo muy entusiasmado por la privatización de todo lo concerniente en la Cancillería a Política Exterior para dárselo a estudios jurídicos, bufetes en que sus amigotes de toda laya iban a hacer el negocio del siglo en cuanto a lineamientos de política exterior. Con cordura loable, ZC se opuso, pero fue testigo del desmán recurrente de Jorge Valdez. La privatización a troche y moche era, entonces, delicia y manjar para el susodicho.

¿Sabe de todos estos sucios antecedentes Hernando de Soto respecto de su amigote Jorge Valdez Carrillo, su empleado en el Instituto Libertad y Democracia, a quien ha impuesto como el operador del TLC con Gringolandia?

En Cancillería hay desconcierto e indignación por el retorno de los muertos vivientes, ostensible, innegable y una neumática de silencio cómplice para no protestar ni hacer olitas que conmuevan sus oxidados cimientos plenos en irregularidades e imposturas. Tiene plena vigencia, por razones que veremos en breve lo que escribí el 3-7-2001 en Liberación en “La Gestapo en Torre Tagle”: “A nadie escapa que el puesto que ocupa Hugo Palma Valderrama en la Comisión de Transferencia, es una cuña de la mafia, enquistada para entorpecerla y hacerla perdonadora de cacos y robos. Sin embargo, su pasado le condena. El fue uno de los más conspicuos masacradores de la dictadura de Fujimori y se encargó con Jaime Stiglich, Roberto Villarán, Alfonso Rivero y Alejandro León, de semejante crimen contra sus pares a los que malograron el proyecto de vida y superación profesional. Hace poquísimos días en Washington, en una misma mesa, se sentaron Julio Vega, cónsul en Nueva York, Ricardo Luna, Alfonso Rivero, Manuel Rodríguez y Carlos Velasco y éste último preguntó a boca de jarro a Luna para que dijera si estuvo o no en la capital norteamericana que confeccionó la lista fatídica de los 117 y Luna contestó: “estuve en la reunión pero tanto yo como Alfonso Rivero y Hugo Palma nos salimos y se quedaron Roberto Villarán, Jaime Stiglich y Alejandro León”. Se sabe que los nombramientos de Hugo Palma y Ricardo Luna ¡ya están listos para ocupar embajadas importantes!

¿No hay gente decente en Torre Tagle como para poder llenar las vacantes en legaciones del Perú en el exterior con decoro y limpieza y evitar recurrir a elementos mafiosos, de pasado cuestionable e inmoral, como es el caso de Jorge Valdez Carrillo, Hugo Palma Valderrama o Ricardo Luna, entre otros?

¿Cuántos están siendo postergados, una vez más, en sus legítimas aspiraciones de ver sus nombres reivindicados, sus honras reparadas, sus proyectos de vida renovados y que por causa de unos mequetrefes impostores son nuevamente dejados de lado?

¿Hasta dónde da el amiguismo y el conchabo en una institución que debía ser importante y en la cual hubo, con documentos probatorios, planes y esperanzas nacionales y nacionalistas hasta hace muy poco, como es la Cancillería del Perú?

¿Seguirán mudos, impávidos, como mirones con quienes no es el asunto, tema esencial del drama patrio, los congresistas? ¿No entienden que si no meten la cuchara, este acápite también se les va de las manos?

¿Qué saben o qué ocultan los medios de comunicación?

Una humilde nota. Entre el 2000 y el 2001, en Liberación, con la batuta de César Hildebrandt, escribí decenas de artículos sobre las irregularidades, algunas monstruosas, en Cancillería. ¡Ni una rectificación, ni una epístola, sólo se acordaban de mis parientes cercanos pero jamás un acto de valentía para reconocer los yerros o los latrocinios contra el Perú! Da lástima tener que decir que cuanto redacté hace más de un lustro, vuelve a tener penosa y deplorable vigencia. Años después conocí la Cancillería por dentro e hice con mucha colaboración inteligente y dentro de la modestia modestísima de mi concurso, esfuerzos tenaces. Por falta de tiempo o por pusilanimidad a otros atribuible, todo aquel impulso quedó en la belleza de magníficos planes, esbozos teóricos de formidable espíritu pero poemas de buena voluntad y sueños irrealizables.

¿Vuelve la mafia en pleno a gobernar Torre Tagle?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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*Actual e ineficiente embajador del Perú en Bélgica. Nombrado por el gobierno de Alan García, abril-2008.