El Encuentro de Cómic y Animación —junto al concurso que premia a los mejores cómics e ilustraciones, a mano alzada o digitales— comenzó a realizarse en Argentina en 2001 y, tras algunas complicaciones, tuvo su tercera edición en 2007. Desde su primer capítulo, tuvo ganadores de Miramar, Córdoba, Tucumán, Mendoza, Rosario, Chaco, Mar del Plata y Chile. Y la victoria es importante cuando las editoriales cierran puertas y los amantes de las ilustraciones deben formar clubes para sustentar sus publicaciones. Ulelelele es una revista ejemplo de estos emprendimientos, y sus integrantes estarán presentes el sábado para dar una charla para futuros temerarios.

“Es un laburo bien under: nadie te distribuye, hay ausencia del Estado, que utiliza la cultura como entretenimiento para fines políticos, y desde las editoriales se pone guita para los grandes artistas, no corren riesgos”, contextualizó a Agencia NAN el organizador del encuentro, Claudio Bernárdez. De igual forma que la invasión hollywodense provocó la respuesta del cine independiente, la DC americana, una multinacional del cómic, provoca reacciones en el mundo de la historieta. “El cómic no tiene la imposición marketinera porque acá no es negocio. Pero después viene una banda rollinga, que son una licuadora de tirarse pedos, y la ponen en la radio y llenan estadios ficticios”, sentenció el crítico amante del bande desineé.

“Desde la década de 1990, el espectador es un personaje de consumo acrítico, se intenta ‘tinellizar’ la cultura. Es una maniobra política para que un tipo que piensa y crea no moleste al poder”, analizó Bernárdez. Por eso, el concurso busca ayudar a sus ganadores a publicar sus trabajos artísticos. Así lo hicieron Rodrigo Terranova, en la edición vernácula de la Rolling Stone; Gabriel Ippoliti y Juan Sáenz Valiente, que forman parte del plantel de la nueva edición de la mítica Fierro; y otros, que dieron a luz sus creaciones en la Oliveiro, dirigida por Tom Lupo.

Rock y cómics en La Boca

“La revista, para el comiquero, es como el disco para una banda”, aseguró el creador y organizador de este oasis para los amantes de la historieta. Y no es casual la comparación, ya que desde el primer encuentro se intenta unir las culturas del cómic y el rock para tender un puente que beneficie a ambas partes. Dejá vu: Los Redonditos de Ricota y el artista plástico Rocambole. “El segmento de la música, la ilustración y el dibujo son un espacio de creación posible, y no sé si todos los comiqueros están al tanto de eso”, admitió Bernárdez.

La idea tomó fuerza cuando Fito y Tachi, escenográfos de La Renga, y Hernán Bermúdez, ex Los Piojos, fueron jurado en las dos ediciones anteriores del concurso. Y la unión de artistas dio frutos: Sexto Sentido presentará sus discos —ilustrados por un ganador de la edición 2001— en el espacio a cielo abierto y Culebrón Timbal —que, además de hacer música, publica su propia historieta— intercalará sus temas durante la exposición.

“La coincidencia generacional ya disfruta de un lenguaje común: la autoedición, la resistencia y persistencia para existir y ser reconocidos”, selló la relación cómic-rock el que intenta impulsar a uno, diez, cien Rocamboles. La promesa es de una muestra “integral”, y por eso Juan Pablo Zaramella presentará sus cortos de animación e intentará explicarlos en simultáneo. Otros cortos aparecerán como escenografía de los conciertos que brindarán el sábado Barbazul, de Mendoza, y El General Paz y la Triple Frontera, otra de las bandas que trabajó junto a un ilustrador reconocido en el concurso.

Historietas que resisten con humor y solidaridad

Si la pasión por las tiras sigue vigente en Argentina es por un tiempo pasado que fue mejor. Por eso, en la muestra se homenajeará a la Fierro, hoy dirigida por Juan Sasturain, que brindará una charla junto a Pablo Tunica, Tati, Juan Sáenz Valiente, Maria Al Cobre y otros dibujantes que lo acompañan en la iniciativa. Liniers y el staff de la Barcelona serán parte también del encuentro, organizado “sin apoyo estatal y por amor al cómic”. Precisamente, Fierro y la Editorial de la Flor, de Daniel Divinsky, son algunos de los auspiciantes y, para Bernárdez, los “espacios de resistencia” del cómic en el país.

A la hora de hablar de la “resistencia” del cómic, también en el sentido político que supo ocupar en las décadas de 1960 y 1970, no se puede no nombrar a Francisco Solano López, el “guerrero fiel”, como definió el organizador a quien le dio imagen y vida a los guiones que Héctor Germán Oesterheld escribió para El Eternauta. “El cómic tiene un componente plástico y literario que te dispara la imaginación, que hace que lo puedas leer cinco o seis veces y no te canses”, esbozó Bernárdez como una provocación para los curiosos que se quieren acercar al Museo Mugancia y entrar con el pase solidario de dos litros de leche.

La historieta empezó a resurgir, de la mano de la autoedición y la filantropía. Y para que siga creciendo, el encuentro tendrá una OLA de talleres de cómic y animación, para que grandes y niños experimenten, guiados por los profesores de la escuela que lleva el nombre de esas manifestaciones acuáticas. “La intención es demostrar a la gente que puede hacerlo, porque sólo consumir lo hace parecer imposible, pero es una habilidad que tenemos naturalmente”, indicó Bernárdez sobre el arte de crear historias con el carboncillo.

El organizador filocomiquero, en su constante intención de fusionar las artes, concluyó su diálogo con Agencia NAN apuntando que “el cómic está más para un círculo de tipos como el que curte el jazz, que se compra una pipa y le importa tres carajos. El jazz no va a llenar estadios, pero el tipo lo disfruta”.

(*) Nota publicada por la agencia NAN (http://agencianan.blogspot.com/2008/05/el-cmic-un-arte-bien-under-que-tendr.html)