La expulsión de la empresa OXY fue un triunfo de la lucha del pueblo ecuatoriano, lo que ha permitido recuperar mayores ingresos para el Estado, pero este triunfo no puede hacer olvidar algunas de las recomendaciones de técnicos nacionales que dicen que el Bloque 15 se encuentra sobreexplotado y que se debería reducir la producción diaria para que los yacimientos no se dañen y se racionalice la explotación y tenga un mayor tiempo de vida productiva. A esta área de producción petrolera la califican de ‘la estrella de la producción’, por los beneficios que entrega al país.

A este campo se le inyecta recursos para que siga funcionando, esto es importante, y así se debería hacer también con toda la industria petrolera, pues se necesita de recursos para realizar cambios para optimizar su rendimiento y también para atender las demandas de la población que de una u otra manera es afectada por la explotación hidrocarfurífera.

Pero la ‘producción estrella’ oculta problemas de carácter laboral a vista y paciencia de directivos del Bloque y de funcionarios que tampoco quieren corregir esos inconvenientes ocasionados por la empresa Conduto. En esa área petrolera hay una campaña contra los obreros provenientes de la amazonia para despecharlos y que renuncien; para ello usan diferentes formas, dedicando mecanismos orientados a los trabajadores jóvenes que ingresaron luego del acuerdo realizado por la Mesa Laboral de Shushufindi y el Bloque 15. Los obreros denuncian el trato discriminatorio de algunos “jefes”, en la distribución de trabajo entre los trabajadores que llegan de la sierra, en particular de Píllaro, y los de Shushufindi, pues dicen que los provenientes de la sierra son más manejables, y que los otros protestan.

A los trabajadores se les hacen cumplir jornadas agotadoras que inician a las 04h30 de la mañana hasta las 20h00 (que llegan a la ciudad); su jornada laboral es alrededor de 10 horas y el tiempo restante lo invierten haciéndole esperar al personal, o mejor dicho desperdiciándolo, hasta que exista un vehículo libre para transportarlos.

A los trabajadores que laboran algunos meses, ahora, una vez terminada la tercerización, ya no les quieren contratar, y tampoco se les permite ascender a otro puesto mejor remunerado: les dicen que para los de la amazonía no está permitido.

Cuando se informa que existe reunión de la Mesa Laboral, les dan más trabajo, les dicen que las puertas de los campamentos se cierran temprano para que no regresen y para que al día siguiente tengan dificultades.

Los salarios son sumamente bajos; así, un obrero recibe desde 170 a 250 dólares, con una jornada de 14 días trabajados y 7 de descanso; igual sucede con los trabajadores de otros servicios como esmeriladores, pintores, albañiles, etc.

Todo esto demuestra la campaña por despechar a los trabajadores de Shushufindi; es necesario que el Ministerio del Trabajo ponga punto final a este trato discriminatorio y revise los salarios de los obreros de este Bloque, ya que ‘otros’ reciben elevados salarios.