La estética de Chaplin siempre se constituyó en una importante herramienta de rebeldía contra el capital y sus sostenedores, no eran simples obras artísticas sin contenido, sino por el contrario, estas lograban relacionarse con el público y explicar las cosas más complejas de una forma cómica y sencilla; el gran actor podía agitar conciencias y al mismo tiempo ridiculizar a las clases dominantes, se burlaba de los explotadores y confrontaba al capitalismo, a la vez que desarrollaba una pantomima atrayente en historias comunes en las que se refería a la vida de los oprimidos y ofrecía esperanzas a los explotados.

Una de las películas que nos plantea con nitidez la propuesta de Chaplin por vincular los planteamientos políticos con el cine es “Tiempos modernos”, obra que se la estrenó en Nueva York el 5 de febrero de 1936; en ella aparece el artista como un feroz acusador, confronta a la burguesía y denuncia la explotación de que son objeto los trabajadores en el proceso de producción de mercancías.

Tiempos Modernos es una sátira de los problemas que tienen los sectores populares frente a la mecanización social y técnica de la producción, “es una rigurosa crítica sobre los problemas económicos y sociales de la América de la depresión y se universaliza a través del personaje de Charlot, convertido en la imagen de millones de obreros sin trabajo que arrastran la angustia y la desorientación del vagabundo”1.

Este tema no fue un descubrimiento de pura casualidad, sino que se constituyó en una respuesta a las tensiones políticas a las que se encontraban sometidos los trabajadores en el periodo de entre guerras; según Charles Chaplin, “la gente estaba dominada por un caos mental. Me pareció un buen tema para la película. El único medio era burlarse de toda nuestra malparada situación, reírse de los tiempos modernos. Producimos mucho, pero nos encontramos con que no podemos disponer de lo que producimos.”
Las clases dominantes después de ver esta película lanzaron una intensa campaña contra la obra y su director, los sectores conservadores de la sociedad norteamericana levantaron sus gritos de indignación y lo trataron de estigmatizar y callar. A pesar de aquello, Chaplin no se amilanó y el 15 de octubre de 1940 es proyectada por primera vez “El gran dictador” en un momento en la que la situación política y social se encontraba convulsionada con los días de en que se desarrollaba la II Guerra Mundial.

Mientras los trabajadores se levantaban contra el fascismo en todo el mundo, Charles Chaplin construía una obra que se constituyó en una impresionante sátira contra el fascismo en general y contra Hitler y Mussolini en particular.

En El Gran Dictador se ridiculiza al más tirano de los dictadores, desnuda las verdaderas caras del fascismo y desenmascara los intereses que tenía Hitler, pero Chaplin no solo se queda en la valiente denuncia, sino que por primera vez hace que hable el Vagabundo y en el discurso final de la obra logra exponer una declaración de amor y de guerra al momento que señala “Vosotros el pueblo, tenéis el poder, el poder de crear máquinas, ¡el poder de crear felicidad! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder de hacer que esta vida sea libre y bella, de hacer de esta vida una maravillosa aventura. Por tanto, en nombre de la democracia, empleemos ese poder, unámonos todos. Luchemos por un mundo nuevo, por un mundo digno que dará a los hombres la posibilidad de trabajar, que dará a la juventud un futuro y a los ancianos una seguridad!”.

En los días que se estreno “El Gran Dictador” Chaplin realiza una actividad intensa en contra del belicismo imperialista y se toma las tarimas de los mítines en contra de la Guerra organizados por el Partido Comunista norteamericano, en ellos Charles Chaplin llama a los pueblos a realizar acciones contra el fascismo y apoyar el trabajo que desarrollaba la URSS por liberar a los sectores oprimidos.

Terminada la II Guerra Mundial, en los EEUU se impulsa una política para desterrar todo género de “actividades antinorteamericanas”, “limpiar” de los Estados Unidos toda clase de actividad comunista, por lo que se crea “El Comité de Actividades Antiamericanas”, comité que tenía el objetivo de liquidar a los responsables de las películas que se consideraban contradictorias a las políticas del imperialismo o eran de filocomunistas.

Por el odio que Chaplin se había ganado en toda su vida de actor y de director de cine, es que al finalizar su película Candilejas, liquida sus negocios en Estados Unidos y se embarca con su mujer y sus cuatro hijos rumbo Inglaterra, donde estrenara su película.
Después de una vida intensa y con el orgullo de haber dado un importante aporte al desarrollo del séptimo arte, a los 88 años, el día de navidad de 1977, muere en Suiza el mayor icono del cine del siglo XX, Charles Chaplin.