El homenaje estará acompañado por una muestra fotográfica y una charla abierta sobre la vida, obra y pensamiento de Abdala del que participarán amigos, compañeros y familiares.

Nacido en Santa Teresita el 12 de febrero de 1955 y radicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a los 11 años, Abdala fue un ávido lector de libros de política e historia, pero también de la poesía de Pablo Neruda, Miguel Hernández y Juan Gelman, según recordó alguna vez su compañera Marcela Bordenave, con quien conformó un hogar con ocho hijos: tres del primer matrimonio de Germán, cuatro de Marcela y uno fruto de la pareja.

En su tránsito por la militancia política conoció a Víctor De Gennaro, uno de sus compañeros de ruta para formar la Agrupación Nacional Unidad y Solidaridad de ATE (ANUSATE), con la que el 6 de noviembre de 1984 recuperaría ATE para los trabajadores.

El compromiso político y militante con las causas sociales y de los trabajadores fue la razón que, aun debilitado por la enfermedad, decidió a Germán suspender la internación en Estados Unidos, producto de un tratamiento contra el cáncer, para participar del plenario fundacional de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

El 14 de noviembre 1992, Germán estuvo en Parque Sarmiento para dar nacimiento al entonces Congreso de los Trabajadores Argentinos, día en que dijo: “El cáncer no me va a matar. Lo único que me puede matar es la tristeza, la tristeza de saber que no podemos llegar a construir esto que tiene que ser una opción de todos los trabajadores”.

Comprometido y solidario, Germán fue un activo participante de todas las luchas emprendidas por la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), entre ellas cuando la entidad que nuclea a los periodistas, inició una intensa lucha contra el gobierno del ex presidente Carlos Menem bajo la consigna “La Peor Opinión es el Silencio”, a raíz de los ataques a los trabajadores de prensa que se incrementaban día a día.

Germán, quien falleció el 13 de julio de 1993, “entendía la necesidad de complementar lo político y lo social. Por eso militó tanto en el barrio, en la Villa 21, en el sindicato y en el peronismo desde el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP). Si el estuviera, ejercería el papel de síntesis entre lo político y lo social y no tendríamos la fragmentación que hoy observamos en esos campos”, como alguna vez recordó su compañera Marcela Bordenave.