La izquierda revolucionaria jugó su papel



Jorge Escala, asambleísta nacional del MPD

La presencia de la izquierda revolucionaria en la Asamblea se convirtió en un referente de las propuestas de avanzada, en defensa de los trabajadores y los pueblos del Ecuador, que afectan los intereses de los grupos económicos de poder. Nuestras propuestas en buena medida fueron acogidas por el conjunto de asambleístas; es un resultado positivo para el MPD porque cumplimos con nuestro deber, con nuestros principios de avanzar en la transformación revolucionaria de la sociedad ecuatoriana.

En este proceso fuimos los promotores y logramos la amnistía de varios luchadores populares que los distintos gobiernos habían criminalizando; incluso este gobierno se negó en primer término a otorgarla, pero el 15 de enero se acogió esta propuesta, que el mismo bloque de PAÍS no se atrevía a plantearlo.

Otro duro debate constituyó la intermediación laboral y el trabajo por horas. Propusimos el Mandato que eliminaba esta forma de esclavitud para la clase obrera, sin embargo, y pese que en algún momento el bloque de PAIS quiso dar marcha atrás, logramos atraer ocurrió en el Mandato minero, en el cual planteamos declararle al país libre de minería a gran escala.

En el tema de la educación hubo también posiciones vacilantes para no reivindicar el derecho de la juventud, de los pueblos, a la gratuidad de la educación; se quiso poner límites y restricciones, pero peleamos hasta el final y eso permitió consagrar este derecho. En el tema del estímulo para la jubilación de los maestros existió un reconocimiento hacia su abnegada labor y se evidenció las posiciones solidarias y de lucha de la izquierda revolucionaria y del MPD en este sector.

Nuestra presencia en la Asamblea permitió definir posiciones, como ocurrió en el caso de la Ley de Equidad Tributaria, en la cual con antelación presentamos la propuesta de prisión, confiscación e incautación de los bienes mal habidos a los grandes grupos de poder económico, a los grandes empresarios evasores de impuestos, a los responsables del atraco bancario, a los banqueros y empresarios corruptos.

Como luchadores populares nos caracterizamos por enfrentar a la derecha en todo terreno, somos frontales en enjuiciar y desenmascarar los intereses de la oligarquía; eso nos ha dado el reconocimiento de los trabajadores y los pueblos y de la mayoría de los asambleístas. En muchos casos, los asambleístas de PAIS, esperaban la intervención del bloque del MPD para confrontar las actitudes altisonantes y prepotentes expresadas por asambleístas de la oligarquía como Álvaro Noboa. Igual situación se dio con Julio Logroño y Fausto Lupera, asambleístas de PSP, a quienes nadie quiso desenmascararlos pero nuestra decisión y frontalidad dio la pauta para enfrentralos y sancionarlos con autoridad.

Hemos sostenido como bloque la consecuencia, la cohesión ideológica y política que nos ha caracterizado por siempre. Nosotros no hemos sufrido las flaquezas, debilidades y fraccionamientos de otros bloques, como el de PAIS, la RED, PSP, o el Movimiento UNO, quienes en el camino sufrieron el alejamiento de sus asambleístas”.

La soberanía alimentaria: un paso adelante

Abel Ávila, asambleísta MPD

Recuperamos la soberanía económica, política y alimentaria del Ecuador, afirma ávila
“Activa y decidida, frontal en la defensa de los aspectos más democráticos, patrióticos y de los intereses generales de los trabajadores y los pueblos, puede calificarse la actuación de este médico que fue elegido asambleísta por al provincia de Esmeralda”, manifiesta
“Desde las posiciones de la izquierda revolucionaria nos involucramos de manera decidida en este proceso -manifiesta-; nuestra participación ha sido diáfana en la defensa de la educación y salud gratuitas y de calidad para los pueblos, en el derecho al trabajo, en eliminación de la tercerización, en la constitucionalización de la soberanía económica, política, territorial y alimentaria”.
Ávila asevera que un tema de trascendental importancia aprobado por la Asamblea fue el de soberanía alimentaría que, entre otras cosas, plantea la recuperación del sector agrícola, incorporando directamente en este proceso al campesino, conocedor de los problemas que sobrelleva la producción de alimentos en el país.
Asimismo estableció que la Constitución considera que la naturaleza debe ser respetada y utilizada de manera de manera racional, en equilibrio, evitando la erosión, la depredación y desertificación; propendiendo a defender y preservar, principalmente, los ecosistemas frágiles y amenazados como los páramos, manglares y todo lo relacionado con la multibiodiversidad en el país.
En ese marco, esta Constitución, incorpora cerca de 24 artículos orientados a defender la naturaleza bajo los principios de precaución, prevención e incluso de sanción para aquellos que promuevan, atenten o causen daño a la naturaleza. Además garantiza que, únicamente, el Estado y el pueblo ecuatoriano desarrollen proyectos de uso o aprovechamiento racional de nuestros recursos naturales.
“A través de ese equilibrio vamos a lograr que tanto la naturaleza como los seres humanos, los ecuatorianos que habitamos en este país, compartamos lo que necesitamos para vivir”, sostiene el asambleísta.
“Un proyecto de esta naturaleza demanda de recursos económicos que deben ser destinados, específicamente, hacia la producción agrícola del campo. Recursos que fomenten el desarrollo agrícola desde la visión del campo; desde la visión del campesino agricultor, del campesino ganadero; desde la visión del pescador artesanal que son quienes generan y nos proveen alimentos.
“Para ello es importante crear una cadena de producción, distribución y comercialización de alimentos, para que estos lleguen a sitios determinados, controlados y regulados por el Estado, evitando la especulación y el incremento desmedido de precios; que elimine la oferta y la demanda, el libre mercado que nos somete al abuso y al acaparamiento de quienes priorizan (engordan) sus chequeras afectando a la economía popular.
“Esta es la visión que sostenemos la izquierda revolucionaria como una alternativa para garantizar el derecho a la vida, la defensa de nuestra naturaleza y de sus habitantes.
“La soberanía alimentaria tiene que ver con el impedir que nuestros suelos sean utilizados para producir combustibles para alimentar las máquinas, antes que al hombre. Soberanía alimentaria significa definir un plan estratégico que prime la provisión de alimentos de calidad para todos los ecuatorianos, y el excedente de los mismos, exportarlos y comercializarlos legalmente en beneficio del país”, finaliza Ábel Ávila.

Hay que juntarnos todos, porque eso nos trajo hasta aquí

Rosana Alvarado, asambleísta PAÍS

“SÍ a una Constitución que me trata como ciudadana, no como devota, no como beata”.

En una emotiva intervención la asambleísta Rosana Alvarado fundamentó su votación diciendo: “lo que soñó Simón Bolívar aún está por hacerse en América Latina”, llamando a defender a la Constitución de los peligros que le acechan añadió: “yo no le pongo en peligro a esta Constitución, yo no le pongo en peligro a mi País; yo voto Sí porque encuentro una Constitución libre, que me trata como ser humano y no como valor económico y varón propietario. Voto Sí porque es una Constitución que me trata como ciudadana, no como devota, no como beata; una Constitución para el Estado y no para la iglesia, una Constitución que me obliga con el derecho y no con el rosario, una Constitución para la libertad y no para los devoradores de la patria, una Constitución libertaria cuyo único dueño es el Ecuador entero. Yo voto que SÍ”.

Al evaluar este proceso señaló que regresa a su provincia feliz y con la satisfacción del deber cumplido. Tener una Constitución de avanzada, progresista, que recupera un país para todos y todas, que diciente profundamente del modelo económico neoliberal y lo sustituye por un modelo de la economía solidaria, es motivante, según dijo. “Es una Constitución que crea una Corte Constitucional como garantía del ordenamiento jurídico. La supremacía de esta Constitución en donde están todos los derechos, mucho más avanzados que en la constitución del año 1998, y sobre todo con una institucionalidad que les comprende, que les crea y que favorece su aplicación. Por otro lado, lo que significó incluir al ser humano, no desde la mayoría o minoría, sino estableciendo que el principio y el fin de la administración del Estado, de un Estado laico, tienen que ser los seres humanos. Es una Constitución que además nos recupera la patria, también en la práctica, con la recuperación de nuestros recursos naturales”, afirmó.

Esta Constitución se presenta como el principio del fin, no todo está solucionado con la Constitución, tenemos un nuevo marco legal que tenemos que adecuarlo y acomodarlo, de entre 60 000 disposiciones legales, cuántas habrán que en este momento no funcionen, no sirvan y, sobre todo, estén en contra de esta nueva Constitución, necesitamos readecuar nuestro marco institucional, nuestro ordenamiento jurídico, plantear nuevamente varias leyes que van a acompañar el proceso constitucional, que tiene todavía que iniciar en la práctica, y sobre todo, eso es una muestra de cómo al país se lo está recuperando.

En cuanto al papel que deben jugar las organizaciones sociales y populares señaló que en este momento es el de “juntarnos todos por que eso nos llevó hasta aquí, significó ponernos de acuerdo entre varias organizaciones que hemos estado siempre por la reforma política, esta vez tiene que ser el SÍ el paso siguiente, y luego estar pendientes que esta Constitución sea cumplida.

El poder ha cambiado, se ha trasladado, ha rotado y vamos seguir siendo parte importante de este proceso de cambio. Debemos conseguir un referéndum aprobatorio con una gran aceptación, incluso mayor que la de septiembre. Ojo que en el Azuay fue más del 80% que votó por la Constituyente, vamos a ver si eso se repite.
Todos vamos convencidos de defender y proteger esta Constitución, no se le puede arriesgar al país a que vuelva el Congreso de los manteles.