Según el reportaje “Salud reproductiva de la Juventud: violentada, desconocida y condicionada”, elaborado por la Agencia Cerigua, anualmente 14 millones de adolescentes entre los 15 y 19 años en el mundo dan a luz en el mundo; estas jóvenes crían el doble de hijos y tienen entre dos y cinco veces más probabilidades de morir por complicaciones relacionadas al embarazo.

Se estima que de los 20 millones de abortos inseguros, clandestinos o ilegales, que se practican en el ámbito internacional, al menos la cuarta parte corresponde a adolescentes y son precisamente ellas las que tienen menos probabilidades de sobrevivir, sobre todo cuando son autoinducidos, añade el documento.

Investigaciones elaboradas por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), revelan que la juventud en el mundo sabe poco sobre VIH o sida, una situación considerada alarmante, ya que si esa parte de la ciudadanía no tiene acceso a la información que necesita, difícilmente podrá encontrar los medios para protegerse durante una experiencia sexual.

Aproximadamente la mitad del total de infecciones por VIH en el mundo, unas 6 mil por día, corresponden a jóvenes entre los 15 y 24 años; un significativo número de contagios los padecen mujeres adolescentes, derivados de la violencia que sufren en sus hogares, en el ámbito público o por que desconocen la temática.

Una adolescente que asiste a la escuela desarrolla capacidades que le permiten tomar decisiones informadas acerca de su salud reproductiva; a medida que las niñas y las adolescentes permanecen en la escuela, aumentan sus posibilidades de retrasar el inicio de las relaciones sexuales, postergar los embarazos, potenciar su desarrollo personal, mismo que se convierte a través de los años en progreso comunitario, enfatiza la información.

Las mujeres que tienen niveles básicos de educación tienden a contraer matrimonio más tarde y a tener menos hijos, cuentan con mayor potencial de empleo digno, mejor capacidad para obtener ingresos y mayor autoridad para la adopción de decisiones en el hogar.

Una adolescente educada tiene posibilidades de romper con el círculo de la pobreza que afecta en la actualidad a 6 de cada 10 familias guatemaltecas, según datos del último censo poblacional.

Nota publicada por la agencia CERIGUA (http://cerigua.info/)