"La alegría y la responsabilidad que ellos (los abuelos) depositan en el aprendizaje" fueron el punto de partida que las docentes Mónica Straschnoy Y Adriana Rozanski tomaron para realizar su investigación sobre cómo se aprende después de los 60 años. Gran parte del material surgió a partir de la observación directa de los adultos mayores que asisten a sus clases de Psicología General incluso "frente a las inclemencias climáticas".

Según las profesionales, cuando se supera la sexta década de vida se genera la necesidad de definir hacia qué aspecto de la vida se enfoca la energía que antes estaba depositada en otros quehaceres u "objetos", como lo denomina el psicoanálisis. El adulto mayor ya no está enfocado en la crianza de los hijos o en el desempeño diario de un trabajo, por ejemplo.

En este sentido, Straschnoy definió los dos caminos que un abuelo puede seguir: "Depositar la energía en el cuerpo o en el afuera". En el primer caso, las personas se remiten a las enfermedades, para lo cual "la cultura y la ciencia colaboran". En el segundo, los sujetos apuestan a proyectos personales que los transforman en "adultos interesantes".

Es esta última posibilidad la que eligen los más de 1300 alumnos del programa UniTE, según explicó la psicóloga; así logran "un mejor estar, un envejecer mejor".

Straschnoy y su compañera trabajan en el vínculo del educador con sus alumnos porque consideran que "si el docente transmite el conocimiento con pasión e interés, se recibe de la misma forma". Además, esta posibilidad de continuar el aprendizaje luego de los 60 ubica a los alumnos en un "buen papel" a nivel familiar y comunal. Es un camino, por lo tanto, para la mejora de los vínculos sociales.

"Respecto de la tercera edad, hay prejuicios que se crean alrededor de las últimas décadas de vida que hace que los adultos mayores no participen en nuevos espacios, ellos también un poco prejuiciosos de sí mismos", explicó la coordinadora técnica del espacio universitario, Norah Golan.

UniTE recibe a personas que en promedio tiene 68 años, sin necesidad de que hayan finalizado estudios previos. Por eso, es para muchos el primer contacto con un espacio académico.

El programa que el 29 de septiembre cumple diez años está orientado a que los adultos "sigan integrándose". En este sentido, Golán aclaró que no hablan de "integrarlos por primera vez" porque ya son parte de la comunidad, sino de generar un espacio que, además de fomentar sus competencias académicas y artísticas, permite mejorar los "vínculos intergeneracionales y llevarlos a adoptar posturas más abiertas y comprensivas".

Nota publicada por la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (http://www.auno.org.ar/)