Votar nulo o blanco es igual que votar NO en el referéndum; es seguirle el juego a quienes han desangrado al país; es volverles a la vida a partidos políticos de derecha que en estos últimos tiempos han perdido espacios de poder y privilegios; es resucitar a los socialcristianos y toda su política antipopular, tiránica y neoliberal; a los demócratas populares y a miserables como Jamil Mahuad y toda su herencia de feriado bancario, congelamiento de fondos, dolarización, entrega de nuestra soberanía (Base de Manta); a los social demócratas y toda su ideología de pseudo izquierda light, que conculcaron los derechos de los trabajadores y que perdieron la oportunidad histórica de cambiar el rumbo del país cuando lograron mayoría absoluta en todos los espacios de poder (pero no les dio la gana de hacerlo o no les interesaba hacerlo); a partidos como el PRIAN y Sociedad Patriótica y a sus escupitajos de figuras, como Noboa y Gutiérrez; es fortalecerles a las Cámaras de la Producción, bastiones de la oligarquía y todas las ‘nuevas figuras de la vieja derecha que en ellas polulan’; es revertir el proceso de incautación de bienes a los banqueros corruptos, que se hicieron ricos a través del dinero y las lágrimas de millones de depositantes (acción que otros gobiernos no tuvieron la voluntad política de hacerlo); es seguirles creyendo el cuento a los grandes medios de comunicación y su sarta de mentiras a favor de quienes son sus dueños y accionistas: la derecha, los banqueros y la oligarquía; es legitimar la opinión pública de asalariados de la comunicación, como el enemigo número de los sectores populares, Jorge Ortiz, o de su alumno B. Abad y otros menores aprendices de periodistas – estrellas; es devolverles el poder a los partidos de siempre en la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal Supremo Electoral, desde donde hicieron y deshicieron como les dio la gana, jugando con la ‘institucionalidad del Estado’; es reactivar las políticas económicas neoliberales que tanto han destrozado el bolsillo y la esperanza de los ecuatorianos; es darles la razón a los jóvenes pelucones y aniñados de las universidades privadas y sus cantaletas de ‘libertad de expresión’ y ‘democracia’; es bajar la cabeza ante la cúpula de la Iglesia Católica, co - responsable de nuestra historia de atraso y subdesarrollo, aliada de los grupos más conservadores de la derecha ecuatoriana; es dejar en nada la propuesta de educación y salud gratuita; es desandar todo el avance del movimiento popular que ha repudiado a sus verdugos en las últimas votaciones populares (esto es innegable).

Todo eso significa votar nulo, blanco o NO. Por eso llama la atención que grupos que se dicen de izquierda o incluso ‘socialistas’, conformados por no más de cinco u ocho intelectuales ligth, hagan campaña a su favor. Estos ‘izquierdistas’ hacen bulla (porque en esta coyuntura política sí tienen espacios en los grandes medios de comunicación social, voceros de la oligarquía) y le ayudan a gritar a la derecha a favor del No, como buenos ‘quinta columna’ que son, que siempre han sido. Hacen bulla, a pesar de que no representan absolutamente a nadie, a pesar de que no tienen una base popular que los respalde.

Ahora, también sabemos que esta corriente progresista tiene sus límites y alcances; que dentro del propio gabinete hay gente que ha trabajado en otros gobiernos y que tiene posiciones ‘dudosas’ (por llamarlo menos), en temas como el petróleo, la minería y la telefonía. Pero puntualicemos: este no es gobierno ni socialista ni comunista (tampoco el texto constitucional aprobado por la Asamblea tiene estas características), sin embargo, es innegable que tiene una tendencia progresista, que sepulta a grupos de poder que históricamente nos han gobernado y que el pueblo ha castigado en las urnas. Este, sin duda, es un primer paso que hay que apoyar y que hay que darlo; las otras conquistas, las grandes conquistas, vendrán en el futuro, con la lucha y la acción popular, en un marco jurídico, legal y político más adecuado para este propósito.

Pero, claro, están los miopes de la pseudo izquierda, los apéndices de los ‘socialistas’, los ‘quinta columna’, que llaman a votar NULO, y que quieren darse un abrazo histórico y fraterno con León Febres Cordero, Jaime Nebot, Oswaldo Hurtado, Jamil Mahuad, Lucio Gutiérrez, Álvaro Noboa, Abdalá Bucaram, Joyce de Ginatta, Mauricio Pinto, Jorge Ortiz, entre otros. A ellos, y solo a ellos, que se alegrarán en el fondo de su alma y de sus bolsillos si gana el NO, apoyan estos ’desencontrados ’ de la izquierda ecuatoriana.