Después vinieron otras épocas en que la supresión de la voz fue motivada por razones económicas y políticas para que no surgiera la inquietud de la independencia y la soberanía anunciada por Simón Bolívar y los héroes de la libertad y la unión del continente. Este destino loco de ser gobernados por caudillos inflexibles y salvajes y dominados por naciones poderosas como Inglaterra y Estados Unidos impidió ser auténticos descendientes de pueblos autóctonos que habían desarrollado un complejo cuerpo de pensamientos manifestado en la astronomía, las matemáticas, la arquitectura y la simbología.

Pese a las guerras de independencia nos acostumbramos a la mudez del habla y las ideas. Pudimos haber hecho más sino hubiera sido por la domesticación y las amenazas. Cada vez que nuestros pueblos intentaron sacudirse el yugo de la dominación taimada impuesta por los nuevos conquistadores, el cerco del control impuesto se estrechaba de modo inexorable. Así se fue apagando el debate generador de ideas y cerrando el cauce de la libre iniciativa cultural y del pensamiento espontáneo. Más se sabía en nuestras escuelas del mundo anglosajón que de la herencia de los Incas y Mayas. Así fuimos asimilados durante mucho tiempo hasta llegar a creer que éramos los suizos de América.

¿Qué paso con la voz original?

Ahora hemos venido a darnos cuenta de que todo el tiempo han tratado de convencernos de una inferioridad que no existe y que no nos representa. El anglosajón inteligente y cruel como los antiguos romanos siempre quiso que nos subordináramos a su destino manifiesto de dueños del mundo sin saber que un día tendríamos voz y pasaríamos a cobrar nuestras viejas deudas.

Pienso que en ello nos ha ayudado la voluntad de acción de nuestros pueblos renovados y también las modernas tecnologías de comunicación, esas que hoy llegan a todos los mercados y que penetran y se hacen escuchar en los más recónditos lugares. Lo que se inventó como nueva doctrina y herramienta de dominación se ha convertido en arma de combate por arte de una manifiesta voluntad de independencia. Esta voluntad sin duda ha dicho basta y echado a andar.

Hasta ahora estuvimos dominados por las corporaciones transnacionales y las agencias internacionales de prensa, en realidad organismos difusores de acciones y pensamientos, moldeados a presión bajo influencia de las amenazas de los nuevos conquistadores. ¿Quién soñaba enfrentarse al gigante invencible que gobernaba al mundo? Muy pocos, mayormente idealistas e ilusos, tenían esperanzas.

Pero fueron surgiendo ayudados por la fecundación de la verdad en la época de la informática y de las tecnologías, que ya nadie puede parar y que se vuelve contra los que la inventaron para cerrar y dar jaque mate a su conquista imposible. Que sepan que ya los microprocesadores no están de su parte y que los “lap top” ayudan a la inteligencia de los pobres. Otra apoca aparece en el horizonte y es la que indica que ya los pueblos no se gobiernan a patadas sino que a partir de ahora hay que contar con ellos porque han descubierto que tienen voz para exigir un cambio futuro.

Nota publicada en Cubarte (http://www.cubarte.cult.cu/)