Jesús Martín Barbero utiliza al relato bíblico para asegurar que el origen de la ciudad fue caótico: Caín, una vez que asesinó a su hermano, fue desterrado y condenado a fundar la primera ciudad. Tiempo después, cuando los hombres querían construir una torre para llegar al cielo, Dios confunde sus lenguas y se funda la ciudad llamada Babel, que significa confusión y dispersión. Desde el inicio, las ciudades se encuentran asociadas con la violencia y el caos.

Violencia y caos: así también viven las ciudades del Ecuador; estos fenómenos intranquilizan a la ciudadanía y al gobierno le han llevado a tomar algunas medidas.

Al respecto, se está realizando el primer Plan Ciudadano de Seguridad y el presidente de la República ha condicionado a sus colaboradores: “O se reducen los índices de inseguridad o habrá sanciones para las autoridades encargadas”, dijo al inicio del mes de noviembre, e inmediatamente salieron Juan Roldán y Valentina Ramia del Ministerio de Gobierno. En este contexto, ¿cuál es el papel que juegan los medios de comunicación en el incremento de percepción de delincuencia? ¿Es posible reducir los niveles de inseguridad? ¿Qué limitaciones tiene el Plan Ciudadano de seguridad?

Miedos y medios


El analista German Rey afirma que existen dos posiciones respecto a la influencia de los medios de comunicación en el tema de la violencia: aquellos que sostienen que son los provocadores de la violencia y aquellos que sostienen su inocuidad. El periodista Gonzalo Ruiz defendía en un artículo de opinión que los medios no hacen nada más que reflejar una cruda realidad que existe en las calles y que les sucede a las personas de carne y hueso; es decir, según su opinión, los medios no influyen ni crean ambientes de temor en las personas, son simples espejos a través de los cuales vemos a la sociedad.

Según Rey, la percepción de la violencia es agravada por muchos factores, uno de ellos son los tejidos de representación: los chismes que van de boca en boca y aumentan la percepción de violencia, es decir, que los medios son los creadores o el único elemento de aumento de percepción de violencia no es cierto; pero tampoco es cierto que son inofensivos y no responden a ningún interés. Semanas antes de que el pueblo votara en el referéndum aprobatorio de la Constitución, todos los medios de comunicación mostraban un aumento imparable de delincuencia a fin de crear un ambiente negativo. El ministro de gobierno, Fernando Bustamante, percatándose de esta ofensiva, prohibió que sea trasmitido el rostro de los detenidos por la policía. Es decir, en la práctica vemos que los medios sí son una ficha del tablero, ¿hasta dónde influyen?

Según Pierre Bourdieu, la televisión oculta información que pudiera ser útil a la ciudadanía cuando copa la programación con hechos sensacionales: “lo importante es lo espectacular, dramatiza, escenifica con imágenes un acontecimiento y así exagera su gravedad, dándole un carácter dramático y trágico. Utiliza palabras de forma irresponsable, con el fin de generar estragos”.

Jesús Martín Barbero va más allá todavía, cuando afirma que los medios viven de los miedos. Estos miedos difundidos, son a la vez utilizados políticamente, se crea un ambiente de inseguridad y atentados justo antes de las elecciones en Colombia y quien va a luchar contra ese mal, o sea Uribe, gana las elecciones. Lo mismo se puede decir que sucedió con las anteriores elecciones en EE.UU., se repitió una y mil veces la imagen del choque de los aviones contra las torres gemelas, provocaron temor, este se difundió entre los norteamericanos y ganó Bush, “defensor del bien”. Marshall Clinard, sociólogo norteamericano, denomina a este fenómeno sociedad centrada en el delito: una sociedad donde se percibe más delitos de los que hay en realidad.

Rey concluye, entonces, que los medios de comunicación son uno de los lugares de representación y narración de la seguridad a través de la figuración del delito y los delincuentes.

Plan Ciudadano de Seguridad


Los medios, por lo dicho, juegan un papel, no se puede decir hasta qué punto, medirlo o cuantificarlo. Lo que sí es cierto es que juegan un papel político y en este momento sus posiciones son contra el proceso de cambio que vive el Ecuador.

Lautaro Ojeda, sociólogo y catedrático, dice que hay que distinguir y entender los términos victimización y percepción; mientras que la victimización es el delito efectivo cometido en contra de una persona, la percepción la forma cómo se entiende o cómo se asume este fenómeno; al inicio, la percepción es subjetiva, sin embargo se ‘objetiviza’ cuando se compra seguridades, candados, alarmas, guardianía, etc. Ojeda afirma que la victimización y la percepción de inseguridad han aumentado en el Ecuador. Razón por la que se ha iniciado el primer Plan de Seguridad Ciudadana. ¿Qué alcances y que limitaciones tiene este plan?

El Plan constituye un importante esfuerzo del gobierno por resolver el problema de seguridad que azota, en general, a las ciudades de América Latina, la inseguridad. Sin embargo, señala Ojeda, “hace falta reconocer el carácter multicausal de la violencia y la delincuencia. Hay factores que se interrelacionan entre sí, hay que comprender sus complejidades e interrelaciones, entre algunos están la inequidad, corrupción, impunidad, desconfianza en el sistema de justicia, un sistema de rehabilitación que no rehabilita, etc.”

Por ello si no se ve el problema de forma integral, se resolverá el problema de forma parcial. Si no se ataca a las causas de la inequidad, la violencia y la delincuencia, se está poniendo paños de agua fría a un enfermo de cáncer terminal. Resulta insólito, entonces, escuchar noticias como que ha disminuido la delincuencia en Guayaquil en dos meses en un 10% por la presencia de más efectivos policiales. La pregunta es, ¿a dónde se habrá trasladado? La delincuencia y la violencia social son producto del sistema violento que vivimos, es necesario pensar en otro país distinto, donde la satisfacción de las necesidades de los pueblos de forma equitativa sea lo primordial. Los pueblos del Ecuador trabajamos por la construcción de esa Patria Nueva.