La inseguridad en muchas ciudades hace que el ciudadano tenga miedo de salir después de las seis de la tarde, hora que empieza a oscurecer. Pero lo más grave para cientos de miles, quizá millones, es que las fiestas de año nuevo serán trágicas, pues los expertos señalan que en dichas fechas habrá la mayor cantidad de despidos en innumerables empresas de todos tamaños.

Una marca refresquera anunció que cortará de su plantilla 2 mil 200 personas. Banamex no ha dicho cuántos quedarán fuera, pero algunas pequeñas sucursales ya cerraron. En Transportación Marítima Mexicana les dijeron adiós a decenas. Algunos serán recontratados como eventuales. Reportes dicen que de julio a septiembre se perdió 17 por ciento de plazas.

La lista es inmensa. Tanto que los capitanes de empresa han señalado que tratarán de no ampliarla, siempre y cuando no se pidan aumentos en ningún rubro e incluso haya bajas en algunas prestaciones para 2009. Ello hará que millones se tengan que apretar el cinturón al máximo si no quieren irse a la calle, literalmente.

Que el asunto para los pelos, lo dice uno de los más ricos del mundo, Carlos Slim, quien hizo un exhorto a las autoridades para que no sólo apoyen a las empresas grandes (Comercial Mexicana y Cemex, por ejemplo), sino a las medianas y pequeñas. Y es que muchas de éstas utilizan teléfono e internet, negocios en los cuales el dueño de Telmex es el número uno en el país.

Como vemos, el petróleo sigue en picada, menos de 40 dólares por barril, lo cual hará que los 35 mil millones de pesos que la federación repartía a los estados para obras e incluso corruptelas, ya no los pueda enviar. Por lo tanto, existirá menos actividad económica en zonas donde la situación es crítica y los medios de defensa menores que en urbes. Y si a ello le agregamos que las remesas bajarán en más de 12 por ciento, donde habitan los más pobres se las verán más negras que el carbón que encienden al interior de sus casas.

Entre las clases medias también existe angustia: 12 millones de trabajadores, con nueve o más años de enseñanza, obtienen hasta 7 mil 500 pesos mensuales. Sólo 5 millones reciben más de ese salario. Es decir, 17 millones –de éstos una buena cantidad incluso terminó sus estudios superiores y tiene diplomados– no obtienen un ingreso decoroso. Es más, hay doctores en física y ciencias genómicas a quienes al regresar al país les ofrecen como inicio de labores menos de 15 mil pesos.

Hay un deterioro real del ingreso, no sólo por los aumentos en productos de primera necesidad –lo que ha desolado restaurantes–, sino que el trabajo es menor remunerado y las posibilidades de salir adelante y planear el futuro son casi inexistentes.

Frente al ciclón que se avecina, Felipe Calderón insiste en su tesis que todo va bien. Hace pocos días señaló que “México está firme ante la crisis”. Igual nos dice tanto el inexperto titular de Economía, Gerardo Ruiz, como el doctor Carstens. Este último ya avizora que “puede” haber repercusiones en México por la recesión mundial.

A dicha campaña se ha sumado Televisa, la cual ya no sabe qué inventar y a qué estrella devaluada poner a decir que le echemos ganas y que basta de pesadumbres para salir adelante. Pero no se trata de simplemente evadirse. La crisis, aunque en su fase primera, ya está aquí.

Lo más grave es que Felipe Calderón, que decía sería el presidente del empleo, quien abarataría las gasolinas y la electricidad, combatiría las inequidades y no aceptaría a los abusivos, no da golpe.

Un solo caso. La firma Coppel, que ayudó a Felipe en la campaña electoral difundiendo ataques contra Andrés Manuel López Obrador, ya tiene su Afore y expandió sus tiendas. En el caso de los fondos de retiro, dicho consorcio es el que cobra la comisión más alta. Mientras en la crisis los ahorradores perdieron dinero para su vejez, las empresas ganaron a manos llenas.

En Estados Unidos rescatan empresas y pretenden evitar abusos al ciudadano. En México sólo hacemos lo primero; por esa vía todo se complicará. Tal vez debido a ello, la evaluación más reciente de Calderón (El Universal) muestra que va cayendo su popularidad.

¡Es hora de enfrentar la crisis y salvar a la mayoría!

jamelendez44@gmail.com