Jueves 18 de diciembre. 19h00. Las elecciones habían terminado. La Universidad Central del Ecuador (UCE) elegía sus autoridades principales. Con ansias recibíamos los resultados preliminares. La lista 1 obtenía el 39,3% de los votos. A pesar del triunfo evidente del Msc. Franklin Cabascango, candidato a rector por la lista 1, sería necesaria una segunda vuelta con la lista 2. Édgar Samaniego obtuvo el 36,6% de los votos.

A lo largo de dos semanas la casona universitaria vivió con intensidad la campaña electoral. Todos los candidatos aplicaban su estrategia: se esperaba que la propuesta, el debate, la discusión sea el eje de los comicios, sin embargo, el afán por desprestigiar y desacreditar ganó protagonismo, especialmente contra la lista 1. Otros, como Samaniego, contra la misma Universidad. Ese día era más notoria esa estrategia. Banderas, propaganda, volantes, circulaban por toda la Universidad.

A pesar de que el sufragio empezaba a las 08h00, una hora antes ya se vivía el ambiente electoral. En cada facultad este ambiente era distinto. En Filosofía, Administración y Jurisprudencia por ejemplo, había un gran entusiasmo, estudiantes con banderas, camisetas y globos lo demostraban. Mientras que en Comunicación Social, Veterinaria y Agronomía, el ambiente fue más apagado. El escepticismo fue evidente.

El proceso se daba con normalidad. Las mesas se conformaron a tiempo y no se registraba ningún problema con los padrones. Nuestro trabajo era visitar cada facultad y ver cómo marchaban las cosas. Los miembros de las juntas electorales informaban que todo estaba tranquilo y que era un proceso transparente. Se esperaba que la jornada termine de la misma manera.

No faltaron las denuncias. Gustavo Pinto, candidato a vicerrector académico por la lista 4, dijo no estar de acuerdo con que los profesores de los colegios universitarios Odilo Aguilar y Manuel María Sánchez voten. Nos quedó la duda. Subimos a conversar con Raúl Yánez, profesor de la institución universitaria Odilo Aguilar, a quien encontramos saliendo a votar y con quien conversamos. “Formamos parte de la Facultad de Filosofía, por ende de la UCE. Tenemos el nombramiento de profesores universitarios agregados a medio tiempo. Es nuestro derecho y nuestro deber”, nos dijo Yánez. Se despidió amablemente y fue a sufragar.

Conversamos con Manuel Salgado, candidato a rector (lista 4), nos dijo que todo marchaba con normalidad y confiaba en un proceso transparente. Nuestra sorpresa fue observarlo en un noticiero televisivo local calificando las votaciones como una “payasada” por la presencia de discomóviles.

A las 11h30, representantes de la lista 4 recorrían las facultades. Sin tener ningún dato comprobado y aun cuando lo prohíbe el estatuto de elecciones, anunciaban que su lista era la ganadora. Incitaban a los estudiantes a votar por sus candidatos. Toda su campaña se había basado en el desprestigio de la lista 1. Lo continuaban haciendo. Más tarde comprobamos que no eran estudiantes universitarios. Eran jóvenes contratados para acompañar y levantar banderas, no poseían ningún documento de la Universidad. Quedó claro que eran infiltrados.

En la tarde, el movimiento fue menor que en la mañana. La lluvia enfrió el ambiente. Poca gente acudía a votar. A las 18h00 las juntas empezarían el conteo de votos.

El momento en el que se inició el conteo la intriga era grande. Se nos informó que aproximadamente el 80% de los empadronados acudieron a votar. Los resultados: con una votación muy dispersa y disputada, lista 1 triunfadora. Cabascango y Samaniego disputarían una segunda vuelta.

Una gran caravana de estudiantes llevaban a Cabascango, a celebrar el primer triunfo al Teatro Universitario. Así terminaba la jornada democrática en la UCE.

¿Quién guiará durante los próximos cinco años nuestra Universidad? Ahora es labor de docentes, estudiantes y trabajadores afirmar nuestro voto. Por un lado tenemos un candidato que ha desprestigiado a la Universidad diciendo que es una de las peores, se perfila como un candidato inflexible y autoritario, con lo que disminuye sus perspectivas y, por el otro, a una lista que viene trabajando en favor de la Universidad, defendiendo la educación pública y que tiene un proyecto de trabajo claro. Esperamos la segunda vuelta, por sobre el desprestigio, el insulto y la calumnia, que triunfe la propuesta, el plan de trabajo, el debate, que triunfe la Universidad Central.

La campaña sucia, por lo más bajo…


En general, las elecciones se realizaron sin inconvenientes, ni altercados, sin embargo, no faltaron las provocaciones. Según Lorena Araujo, vicepresidenta de la Asociación Femenina Universitaria (AFU), en una Facultad se publicaron hojas volantes con las fotografías de un cuerpo femenino desnudo hecho montaje con el rostro de una compañera del Frente Revolucionario de Izquierda Revolucionario (FRIU). Según Araujo este hecho no es aislado, forma parte de una campaña de desprestigio burdo al FRIU, “por lo que iniciaremos las acciones legales, pondremos una denuncia en la Comisaría de la Mujer para que se haga las investigaciones respectivas, pues tenemos claros indicios de quiénes son los responsables de este repudiable acto… es increíble que se atente contra la dignidad de una mujer de esta forma, llamamos a todas las estudiantes universitarias a condenar estas acciones”, dijo visiblemente indignad Araujo.