¿Tienen los pueblos, se preguntó en Tacna, desde las ondas de Radio Visión, el colega Plinio Esquinarila, de darse por vía de la colecta popular, en acto democrático de abajo a arriba y con soberanía de hombres y mujeres amantes de la historia, su propia interpretación fílmica de lo que fue la guerra de rapiña acontecida entre 1879-1883? Aludió a que se podía llevar a cabo por sufragio popular y soberano, a lo largo y ancho de la república, la gran megaproducción que muestre lo que fue la expoliación agresora de esos años aciagos.

La coincidencia de la fecha en que rememoramos con unción a los mártires de San Juan-1881, no puede ser más emotiva cuanto que homenajeadora de esos héroes.

“A más de 130 años de la guerra de invasión de Chile contra Perú, impropiamente llamada “guerra del Pacífico”, la gran mayoría de peruanos recordamos esta Ilíada latinoamericana por su significado trágico para el país, por la ineptitud de los políticos de la época, por la sangre que derramaron miles de combatientes. Y la tenemos presente porque los vecinos del sur, a pesar de cercenar el territorio nacional entre 1879-1883, hoy siguen urdiendo medidas para apropiarse de nuestros recursos, como el gas, el agua dulce del altiplano o la zona de frontera marítima.

Debe quedar muy claro, hay que repetirlo para que no se olvide, que no fue una “guerra del Pacífico” sino una guerra de conquista de Chile contra Perú largamente planeada desde 1830 con el objetivo final de hacerse de las riquezas de Tarapacá y, luego, Arica.

Hoy, que las condiciones políticas se asemejan a las de aquellos años, en las que incluso el fugitivo presidente Mariano Ignacio Prado era compadre de su homólogo chileno Aníbal Pinto, un grupo de patriotas hemos unido esfuerzos para producir un documental televisivo de cuatro capítulos que debe resumir la lectura peruana de lo que fue la guerra de rapiña del guano y del salitre propiciada por Inglaterra.

Y fue así porque en marzo de 1881 el secretario de Estado de la época, James Blaine, citado por el Senado norteamericano para dar su explicación sobre la conflagración, afirmó que “era un completo error hablar de dicho conflicto como de una guerra entre Perú y Chile. Es una guerra de Inglaterra contra Perú, con Chile como instrumento”.

Será pues un homenaje no sólo a las figuras señeras de Andrés Avelino Cáceres, Miguel Grau y Francisco Bolognesi, sino –y fundamentalmente- a los innumerables héroes anónimos, guerrilleros breñeros y rabonas valientes cuyos nombres no figuran en la historia oficial ni menos en los altares de la Patria, para quienes habrá que levantar monumentos. También este trabajo dejará en claro que el triunfo chileno sólo fue posible por el apoyo extranjero, en especial británico, y por la complicidad de peruanoides colaboracionistas, divisionistas y sectores de la plutocracia fenicia que nunca entendieron a nuestro país en su integridad.

Estos son los cuatro capítulos de la serie: 1) Prolegómenos de la guerra, la campaña naval y derrota chilena en Pisagua; 2) La campaña del sur y el triunfo en Tarapacá; 3) La toma de Lima, destrucción en Chorrillos y hundimiento de La Covadonga; 4) Campaña de La Breña y caída del gobierno chilenófilo de Miguel Iglesias.” Así dice el folleto de presentación de Perú Heroico que Esquinarila resumió en su discurso radial en Tacna.

Imprescindible conocer –y será materia de otra entrevista- qué otros apoyos se han conseguido o están por concretarse para el documental o megaproducción aun pendiente en Perú. ¿Hay participación oficial? ¿de qué modo se reciben las contribuciones y en qué lugares? ¿cómo pueden las personas interesadas de manera individual o colectiva formar parte de esta valiente iniciativa?

Una de las magníficas ideas que lanzó Esquinarila fue aquella de, una vez realizado el documental, exhibirlo en la explanada del Alto de la Alianza con presencia de las más altas autoridades de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y, sobre todo el calor espiritual del Perú entero, y rodeando la llama votiva que jamás debe apagarse de honra a la memoria de los que lucharon por la Patria. Y hacer lo propio en Concepción, Junín y en simultáneo. ¡Es hora que el Perú vibre y tenga a Clío en el lugar que merece!

¡Formidable iniciativa a la que nos unimos combatiente y militantemente!

¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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