La idea de Rob Spence, de 36 años, quien durante un accidente en su adolescencia perdió un ojo, es filmar un documental que denuncie la vigilancia, a través de esa microcámara, conectada a una batería y a un transmisor inalámbrico, pero de ninguna manera realizar un reality show.

El cineasta destacó que en Toronto "hay 12.000 cámaras" de vigilancia en las calles, pero lo que más le sorprendió es que "a la gente no le preocupan las cámaras de vigilancia, estaban más preocupados por mí y la cámara secreta", durante una conferencia de prensa realizada en Bruselas.

"Sienten que es una invasión de su privacidad mucho peor", apuntó Spence que aseguró que no pretende crear un reality show televisivo y prometió que la cámara se apagada cuando no sea necesaria para el objetivo del documental, según un informe de la agencia Europa Press.

Spence aseguró que no quiere “entrar en un vestuario. Tampoco quiero mostrar al mundo cómo voy al baño... No retransmito mi vida y no pretendo hacerlo".

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