No sólo se terminaron los eufemismos, también pasaron al cuarto impostados respetos a la “legalidad”. La patronal desconoció la Conciliación Voluntaria firmada por las partes en conflicto en el Ministerio de Trabajo. Despidió trabajadores en el periodo de vigencia de la medida que fue ratificada en todos sus términos por la autoridad competente y desobedeció la orden ministerial de reincorporar a los despedidos.

Al mismo tiempo impugnó en una actitud ilegal e ilegítima, dado que se trata de una elección de delegados en la que no tiene incumbencia; primero a dos delegados y luego a toda la comisión interna, no obstante haber sido el acto electoral con mayor participación entre los últimos realizados en el diario y que, además, fuera fiscalizado por el Ministerio de Trabajo.

La UTPBA y los delegados de La Nación dijeron en el Ministerio de Trabajo, en una reunión mantenida con el ministro Carlos Tomada y ante la Comisión del Trabajo del Congreso: que rechazan los despidos y exigen el reconocimiento de la Comisión Interna recientemente electa. Estas gravísimas decisiones empresarias pretenden atacar la crisis con soluciones que impactan dramáticamente sobre los principales afectados de esa “crisis”; es decir, los trabajadores y sus formas de organizarse para enfrentarla.

Los trabajadores del diario, sus delegados y la UTPBA seguirán resistiendo el atropello patronal que se recuesta en la impunidad del poder económico. La Nación explicita hoy, brutalmente, su decisión de avasallar los derechos más elementales de los trabajadores de prensa del diario. La lucha es en defensa de los puestos de trabajo y el respeto a la voluntad y decisión de organizarse de los trabajadores, como es histórico en esa empresa.