De esta manera, al igual de lo que viene sucediendo en otras empresas, las patronales utilizan el argumento de la crisis económica para achicar sus planteles, en donde los trabajadores siguen siendo la variable de ajuste.

"Estamos cerrando nuestras oficinas en Nueva York con el objetivo de combinar nuestras publicaciones impresas y ’online’ en Chicago", asegura Martha Lindeman, vocera de Playboy, según un cable de la agencia France Press.

Lideman comentó había propuesto al centenar de empleados afectados por el cierre la posibilidad de que se unieran al grupo de oficinas en Chicago, pero la mayoría prefirieron abandonar la empresa porque no querían moverse.

Chicago está ubicado a unos 1.800 kilómetros al oeste de Nueva York, por lo que un traslado de ese tipo implica un desarraigo del trabajador, situación que se complica aun más entre los que tienen un grupo familiar a su cargo.