Martin Wagner y Joerg Oehlmann, de la Universidad Goethe de Frankfurt, midieron la concentración de estrógenos en las muestras de agua mineral de 20 marcas diferentes que se producen en Alemania. Nueve muestras se encontraban en botellas plásticas; otras nueve, en botellas de vidrio; y las dos restantes, en un envase compuesto de cartón y plástico.

Un tercio de las muestras que se preservaban en envase de vidrio, el 78% del agua en las botellas plásticas y ambas muestras en envase mixto presentaban "niveles significativos de actividad hormonal".

Los investigadores descubrieron también que los caracoles neozelandeses del lodo, Potamopyrgus antipodarum, se reproducen con una intensidad mucho mayor en el agua proveniente de botellas plásticas.

Los autores del estudio creen haber descubierto "apenas la punta del iceberg" porque "los envases plásticos pueden ser la mayor fuente de contaminación xenohormonal en muchos otros productos alimenticios".

Fuente: Ria Novosti, 27/ 03/ 2009.