Qué tal mis chullas? ¿Ya pensaron por quién van a votar para que sea el próximo burguer maestre de la capital ecuatoriana? A fin de refrescarles la memoria, con el permiso de sus mercedes y de la hinchada capitalina, a continuación procedo a presentarles a los piores candidatos a la Alcaldía de Quito:

 Antonio Ricaurte del Movimiento fucsia de los Vivos, el as bajo la manga de su padrino, el ex Alcalde tapahuecos Paco Moncayo para intentar ocultar el gran atraco a los capitalinos con la construcción del nuevo aeropuerto en contubernio con la Corpac y Quiport.

 El musicante Nelson Maldonado de Consternación Dedocrática que hace poco nomás lideraba un Movimiento que intentaba blanquear la ciudad.

 Yolanda Torres, ex Demócrata Popular, ex colaboradora del gobierno de Lucio Gutiérrez (salió huyendo de los forajidos en un helicóptero antes de morir en el intento), candidata de la alianza Izquierda Dedocrática-Concertaje Socialcretino y, que en un reciente entrevista con el Felix Narvaez, de Ecuavisa, no sabía ni que obras había escrito Eugenio de Santa Cruz y Espejo.

 Ramiro Borja del Partido Suciedad Patriótica (PSP).

 Marco Moya del Partido Raterista Ecuatoriano (PRE).

 El exsindicalista petrolero Henry Llanez de la alianza RED-Polo Demográfico.

 Santiago Rivadeneira del Movimiento UNO, es ninguno.
 Gonzalo Pérez del Partido Renovador Institucional Avarito Noboa (PRIAN).

Mamiticos, toditos dizque se van a sacrificar para que los que vivimos en Quito no andemos como si fuéramos ganado o costal de papas en el Trole y en la Ecovía, para que los abuseros no provoquen más corazones azules en las vías; dizque van a llenar la ciudad de teleféricos, de trenes bala como hay en el Japón para que vayan desde Aloag hasta la Mitad del Mundo.

También dizque van a poner más ojos de águila en toditos los postes del alumbrado público para vigilar que los choros ya no nos dejen chirisiques en los parques y jardines, y van a hacer una campaña para aunque sea que nos dejen en calzoncillo para no morirnos de soroche.

Así las cosas mis chullas. Quito ha dejado de ser una ciudad sanfranciscan, a lo que tanto aluden escritores y poetas. Cualquier ratito un vecino puede amanecer en la morgue, lo poco que gana hacen feria los ladrones con título y sin título (léase burócratas y delincuentes comunes) y el otra hora cielito azul quiteño está más tiznado que tubo de escape por efectos de la contaminación.

Quito ya no es una ciudad para vivir sino para salir juyendo por lo que habrá que pensar muy bien a quien le daremos nuestro aval con nuestro voto.