Por: Carlos Villacís Rosero

De dónde es usted? “Soy guayaquileño hasta los poros”, decía cuando se le preguntaba a Don Guido como le llamábamos cariñosamente. Este tronco añoso, que llegó a los 86 años, sin pelos en la lengua decía las verdades, ya sea con un amor fino, un contrapunto o una décima Este artista popular trabajó incansablemente hasta sus últimos días. El aporte cultural y artístico que Don Guido nos deja es inmenso, tanto en la danza, teatro, poesía y narración, y también por sus numerosas investigaciones que realizó: él nos contó la historia verdadera de finales del siglo pasado e inicios de este siglo.

Su trayectoria artística


Según Rodrigo Chávez, escritor y periodista, la trayectoria de Guido Garay nace propiamente con la fundación del cuadro folclórico montubio, que, desde su primera presentación, fue dirigido por nuestro personaje. Este cuadro se fundó para los Juegos Bolivarianos que se realizaron en Guayaquil en 1965, y sus primeras presentaciones fueron sólo de cantos y bailes montubios; luego se ensayaron “estampas” para radio –teatro y teatro.

El cuadro folclórico montubio resolvió acometer la dura tarea de presentar, estrenando y repitiendo para su difusión, las primeras comedias musicales del Ecuador, con temas y desarrollo típicas de la campiña costeña, con música y bailes tradicionales del folclor del litoral.
La primera obra estrenada en el Teatro Olmedo de Guayaquil y repetidas en varias provincias, fue “Los manabitas somos así”, en 1967. Luego vino la comedia musical que corresponde a la provincia de Los Ríos, “Pedro Vinces y el Bandolero Romántico”. En 1968 se estrenó “Machete Garabato Y Corazón”, que correspondía a la provincia de El Oro. Y en 1969 “Ya Llegó Vargas Torres”, en homenaje al folclor de Esmeraldas y a la Revolución Liberal.

Pero este grupo no se limita a la parte lírica y coreográfica, pues estrenaron dos comedias, enteramente habladas: “El sobrino de Catarama” y “Así Somos los Montubios”. Con ocasión de conmemorarse el sesquicentenario de la independencia de Guayaquil, subirá a escena la comedia musical “Los lanceros de Daule”, cuyo argumento esta íntimamente relacionado con la participación montubia en la gesta del 9 de Octubre de 1820.

Falta ayuda estatal


“Ardua, agotadora y difícil ha sido mantener la supervivencia del teatro folclórico costeño. No hay apoyo oficial alguno; todo hay que hacerlo por esfuerzo propio e iniciativa del director y algunos colaboradores entusiastas. Se trabaja con artistas aficionados, que hay que enseñarles en materia teatral todo lo relativo a los parlamentos, con lo difícil modo de actuar de los personajes campesinos, incluyendo hasta la manera de pronunciar las palabras a la usanza montubia. Hay que alquilar decorados, luces, teatro, altoparlantes, pagar avisos de propaganda, músicos, etc. saliendo muchas veces con pérdidas las presentaciones”, así pensaba Guido Garay.

Artista e investigador


Guido Garay Vargas Machuca fue hijo de Don Acisclo Garay. Estaba casado con María Piedad Arellano y tuvo tres hijos y varios nietos. Sus pasos por el arte empezó en 1940, cuando fue a la Asociación Musical Angelino Negri, con un amigo suyo fue a “carretear”(enamorar) a las alumnas de ese centro musical. Quedando enamorado del arte lírico porque integró el coro de esta entidad musical.

Así, llegó a convertirse en solista de las obras clásicas que compuso el maestro Negri, participó en óperas zarzuelas y se fue distinguiendo como artista lírico bajo la dirección, también, de otros maestros celebres de ese entonces como Carlos Arijita, español, y Jorge Raiky, húngaro.

A la par, se desempeñaba como maestro de educación musical dentro del magisterio fiscal y estudioso del folclor de la costa ecuatoriana; fue director Vitalicio del Taller de Danzas del Frente de Artistas Populares de Guayaquil. Además, obtuvo medallas, pergaminos, diplomas y muchos otros premios y galardones que le concedieron diferentes gobiernos de turno e instituciones ecuatorianas del arte y la educación.