Las lluvias intensas que soportó la mayoría del país entre el 9 y el 20 de febrero, dejaron importantes secuelas en casi todas las provincias ecuatorianas. La Sierra norte se aisló de la Costa a causa de los deslaves que ocurrieron, principalmente, en las vías Alóag - Santo Domingo de los Tsáchilas y Calacalí – La Independencia; al mismo tiempo, también se obstaculizaron, por las mismas razones, los accesos alternos a estas vías, como son las carreteras Ibarra – San Lorenzo, Latacunga - La Maná – Quevedo, y Riobamba – Pallatanga – Bucay.
Ante estos acontecimientos, las autoridades de Pichincha se vieron en la necesidad de declarar la emergencia vial, y cerrar las dos vías que conectan a Pichincha con la Costa. En la Alóag - Santo Domingo, por la hilera de carros que permanecían más de dos días detenidos en la vía a causa de los deslaves, se colocó un puente bailey en el Km. 43; el tránsito fluyó recién a partir del sábado 21 durante el día, pero se cerraba la vía durante la noche para evitar más accidentes.

La misma suerte no tuvo la vía Calacalí - La Independencia, ya que no existía otro puente bailey al momento; por ello se decidió, según el Ing. Domínguez, Director de Vialidad de la Prefectura, construir una alcantarilla para el desfogue del agua hacia un lado de la carretera, y proseguir con el recapeo del camino; este acceso fue el único y que se habilitó, por horas, durante el feriado. Se conoció hasta el cierre de esta edición, que nuevamente en horas de la tarde del 26 de febrero se cerró esta ruta por un nuevo deslave en el Km. 49. Los trabajos de mantenimiento, según el profesional, se realizan durante el día por seguridad de los trabajadores.

Crisis vial


Según el Ministro de Transporte y Obras Públicas, Ing. Jorge Marún, las vías Alóag - Santo Domingo y Calacalí – La Independencia son de exclusiva responsabilidad administrativa y financiera de la Prefectura de Pichincha y las constructoras son las encargadas del mantenimiento de las dos vías, no obstante lo cual el Gobierno central está dando todo su apoyo.

Marún manifestó que por los dos hechos lamentables y puntuales mencionados no se puede decretar una emergencia vial nacional, ya que las otras carreteras y vías del país, que conforman la red vial, están en buen estado.

Santo Domingo de los Tsáchilas, principal punto de intersección vial, fue la más afectada: el acceso a Manabí, Guayaquil, Esmeraldas, Quevedo también fue obstruido por la temporada invernal en el feriado de carnaval; pero según la información proporcionada en MTOP, los trabajos de remediación fueron oportunos y el retorno de los turistas ya no fue accidentada una travesía como fue la partida.

Planes de Contingencia


Lamentablemente, ni el MTOP ni la Prefectura de Pichincha cuentan con planes de contingencia; según estos organismos, la mejor prevención es el mantenimiento vial adecuado y oportuno, además porque no se puede prever el lugar o la fecha de los accidentes naturales ni la fuerza de la temporada invernal.

Las afectados y las pérdidas


Entre los más afectados está el sector agrícola, que no pudo sacar sus productos a los mercados por el mal estado de las vías de acceso. Otro sector muy golpeado fue el Turismo de la Costa, sobre todo en Esmeraldas, donde se evidenció la falta de visitantes debido a los problemas causados por los deslaves y los costos elevados de transporte; esto generó pérdidas para los empresarios grandes y pequeños. Los transportistas y el comercio fueron quienes debieron duplicar energías para abastecer la demanda nacional durante el feriado de Carnaval.

Además, existieron tres pérdidas humanas en La Maná por el desbordamiento del Río San Pablo, las pérdidas económicas son millonarias en varias provincias.