Su experiencia ganada cotidianamente en cada una de sus labores y fortalecida con el ejemplo de sus padres, ha afirmado la tendencia revolucionaria de Philé Caicedo, dirigente popular y actual presidenta de la Asociación Femenina Universitaria (AFU): “ Mi vida se ha desarrollado todo el tiempo en el campo político, me eduqué con una formación política marxista desde mis tempranos años; fui presidenta del Consejo Estudiantil del colegio 24 de Mayo y posteriormente fui dirigente a nivel barrial y sindical; me gusta empaparme de los derechos que tienen todos los grupos sociales; siempre he buscado prepararme para entender de mejor manera los problemas sociales que afronta el país y eso me ha llevado a estar permanentemente en actividad política”.

Mientras realizaba sus estudios en el área de Saneamiento Ambiental y Salud Pública, en la escuela de Tecnología Médica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central del Ecuador, se vio en la necesidad de defender a sus compañeros y ayudarlos a enfrentar los problemas e injusticias cotidianas, como por ejemplo atraso en el paso de notas, toma de exámenes atrasados y abusos de autoridad de ciertos docentes: “Me he dedicado a la dirigencia estudiantil por el afán personal que tengo de sacar adelante a la juventud estudiosa del país”, comenta muy entusiasmada.

Además de ser una dirigente estudiantil destacada, también se desempeña en el ámbito profesional y familiar, pues trabaja como auxiliar de enfermería en la Maternidad Isidro Ayora y es madre de tres jóvenes, a quienes ha sabido entender y orientar apoyada en su concepción y su compromiso con los sectores populares: “Mi rol de ser la mejor estudiante, de dirigente solidaria que busca la igualdad, me ha permitido manejar de mejor manera mi hogar y la formación de mis hijos”, afirma Philé. Ella destaca que el papel de la mujer es muy importante dentro de la sociedad en los distintos ámbitos en los cuales nos desenvolvemos: “Considero que el reto fundamental es prepararnos profesionalmente y en el conocimiento de nuestra realidad nacional, además de enfrentar esos rezagos del machismo que son producto de un mal concepto que las mujeres tenemos; de manera que si queremos la equidad, la igualdad, la no violencia contra la mujer tenemos que empezar por un cambio de actitud de nosotras mismas como personas y con un cambio de comportamiento dentro de nuestros hogares con nuestros hijos con nuestras parejas”.

El desenvolverse en distintas áreas, sin descuidar ninguna, la ha hecho acreedora de la admiración y el apoyo incondicional de su familia: “ Sin el apoyo incondicional y solidaridad de mi familia, pienso que no lo hubiera alcanzado”. Además de haber logrado su crecimiento como persona, nuestro personaje afirma que “el relacionarme diariamente con los jóvenes universitarios me ha ayudado a crecer, incluso a ser más comprensiva con mis hijos, porque así conozco cómo piensan y actúan los jóvenes actualmente; esto me ha permitido ayudar y orientar a los jóvenes compañeros y realizar un mejor trabajo con mis hijos”.

Con una clara visión, Philé ha asumido la presidencia de la AFU como un desafío: “Al interior universitario uno pensaría que la equidad de género se ha logrado, que se respetan los derechos y la igualdad, lo que en la práctica no es así; todavía hay rezagos machistas y actitudes negativas, por lo que asumir la presidencia de la Asociación en ese campo es un reto; el empezar a tener conversatorios y talleres, para que la mujer universitaria conozca sus derechos y los pueda defender”.

Las perspectivas de su trabajo crecen día a día en su afán de apoyar a sus compañeras en la batalla constante contra la discriminación de género, haciéndoles conocer sobre sus derechos para alcanzar los niveles que a la mujer le corresponden al interior de la universidad y de la sociedad : “Hombres y mujeres hacemos la sociedad y no es justo que uno de los géneros esté en menores condiciones que el otro”, sentencia Philé Caicedo.