Luis Gonzalo Barriga es un músico que toca el bajo eléctrico en el Grupo “Cantores del Pueblo”, integrado a la Unión de Artistas Populares (UNAPE). Pequeño de estatura, tiene una gran vitalidad que se refleja en sus gestos, en la forma de empuñar la guitarra y, sobre todo, en la euforia con que trasmite su inquietudes. Tiene cincuenta años, de los cuales se ha pasado cuarenta construyendo instrumentos de cuerda, pues desde muy joven entró a un taller como aprendiz de ebanista y ahí se quedó para convertirse en un prestigioso “maestro”, de cuyas manos han salido especialmente guitarras, construidas para músicos de gran prestigio.

 ¿Usted es ebanista, dígame en que consiste esa profesión?
 “Los ebanistas nos dedicamos a la construcción de instrumentos musicales de cuerda: guitarras, charangos, bandolines, violines, contrabajos, etc. Esta profesión la aprendí con algunos maestros ebanistas de la ciudad de Otavalo más por necesidad que por afición. Después de aprender la profesión y de practicarla durante algunos años en Otavalo decidí venir a Quito en donde trabajé en algunas ebanisterías hasta que me puse mi propio local. Ya independizado me propuse prepararme mejor y, con ese fin, me dediqué a la investigación de cómo funcionan y se construyen los diversos instrumentos de cuerda, para corregir errores y lograr la perfección en la creación de ese tipo de instrumentos.”

 ¿Los ebanistas deben ser músicos también?
 “Sí, un ebanista no podría desempeñarse si no supiera tocar los instrumentos que construye, en primer lugar porque hay que complacer a los clientes que son los que exigen ciertas cualidades especiales del instrumento; al cliente hay que indicarle con qué material vamos a trabajar, si el cliente quiere un material especial, hay que buscarlo para complacerlo, puesto que de acuerdo a la calidad de la madera se puede lograr una mejor calidad y mejor sonido del instrumento”.

 En la ebanistería se utilizan diferentes maderas finas, ¿podría señalar cuáles son?
 “Hay una infinidad de maderas finas que se utilizan para la construcción de instrumentos, entre ellas puedo señalar: palo de rosa, jacarandá, arce, ébano, maderas que tenemos en el Ecuador, pero lo que sucede es que esas maderas las explotan y se llevan las empresas extranjeras fuera del país. Allá las procesan y nos vienen a vender como si fueran maderas finas originales de otros países. Lo que sucede es que nuestros gobiernos no se preocupan de estos problemas y no nos dan el apoyo necesario para industrializar estas maderas finas, logrando las características de edad, secamiento y tamaño de acuerdo a las necesidades del mercado interno. Cuando necesitamos una de estas maderas, nos vemos obligados a comprar las que ya vienen laminadas desde afuera, maderas que se ha llevado desde nuestro mismo país, en troncos, para procesarlas afuera, a pesar de que nosotros mismos podríamos procesarlas, dándoles la edad, el tamaño y la calidad apropiada para utilizarlas en nuestro trabajo”.

 ¿Cómo se preparan estas maderas?
 “Las maderas finas para su utilización en la ebanistería se las prepara con diferentes químicos, a diferentes temperaturas y con diversos tamaños. Por eso es que los ebanistas deben saber tocar los instrumentos que construyen, porque cada palito, cada armónico, tiene su propio sonido y para darle la evolución para un sonido X tenemos que procesarlo pacientemente y así lograr los sonidos bajos, medios y agudos que solo se consiguen con la madera bien preparada y probada con los afinadores y el computador.

 ¿Para la construcción de una guitarra, por ejemplo, cuántas maderas se utilizan?
 “Para construir una guitarra se utilizan hasta quince maderas, todo depende de la calidad del sonido y del resultado técnico que, como ebanista, quiera lograr. En los actuales momentos, hay gente que construye guitarras utilizando la madera triple de la Playwood, por eso es que salen malos los instrumentos; yo, por ejemplo, para construir una guitarra, entre otras maderas utilizo el capulí, para la parte exterior, pero para las partes interiores tengo que utilizar una madera que sea menos pesada que el capulí, podría ser cedro; para las tapas se puede utilizar el pino, hay muchas clases de pinos y cada una de ellas dan un tipo de tonalidad; dentro del instrumento hay una serie de palitos que contribuyen para la calidad del sonido, llamamos puentes a los que están atrás y armónicos a los que están adelante, los puentes es decir los de atrás podrían ser de ciprés o cedro. Para utilizar estas maderas tenemos que estar seguros de su antigüedad, maderas que han estado bajo techo y bajo sombra por varios años, maderas secas, guardadas, antiguas, nunca madera fresca. Igualmente, para utilizar las pegas debemos también investigar; hace muchos años se utilizaba la cola, una pega hecha con la gelatina de las patas de los animales vacunos, ahora utilizamos pegas modernas, preparadas químicamente y que deben también ser utilizadas a una determinada temperatura, controlada por termómetros y unos relojes especiales que permiten saber que la madera no pasa de los cuarenta grados, que es la temperatura ideal para el trabajo de ebanistería. Esto se va perfeccionando con el permanente trabajo y con la investigación de la calidad de las maderas”.

 ¿Cuántos años lleva dedicado a esta profesión?

 “Yo llev0 construyendo guitarras ya cerca de cuarenta años, incluyendo en este tiempo los años de aprendizaje, pero no solo he fabricado guitarras, también he construido violines, violas, contrabajos, charangos, bandolines, tiples, es decir todos los instrumentos de cuerdas, incluyendo los pianos, que no los he construido pero que sí los he arreglado o reconstruido. He dedicado mi vida a la construcción de instrumentos de cuerda y me siento satisfecho de haberlos hecho con una gran sonoridad y finos acabados, para destacados músicos ecuatorianos, como el maestro Terry Pazmiño, entre otros”.