Conmovedoras e inteligentes intervenciones dieron vida al I Encuentro de la Juventud-FELAP , desde una mirada que, con matices enriquecedores –incluso en las diferencias- trascendió lo corporativo y se extendió en el análisis de la situación económica, política y social de Latinoamérica y el Caribe. Siempre, sin perder de vista aquello que se conoce como “globalización neoliberal”, y que en las deliberaciones fue caracterizada como un proceso sostenido a partir de millones de crímenes de lesa humanidad.

Los treinta y tres años de la FELAP –cumplidos este 7 de junio- se convirtieron en un extraordinario reconocimiento de los jóvenes a una historia inclaudicable en sus principios y dignidad, forjada por hombres como el peruano Genaro Carnero Checa y Luis Suárez –de México-, fallecidos; el venezolano Eleazar Díaz Rangel, director del diario Ultimas Noticias, de Venezuela; el chileno Hernán Uribe, actualmente presidente de la Comisión de Investigación de Atentados a Periodistas (CIAP-FELAP) y Ernesto Vera, de Cuba, Presidente de Honor de la FELAP, entre muchas y muchos más.

Las y los jóvenes periodistas del continente dieron así un nuevo paso en la lucha por una profesión y un mundo mejores. En las exposiciones de todas y todos, asistentes a la reunión realizada en Buenos Aires, el 6 de junio, se plantearon –y no con generalidades- las grandes dificultades para el libre ejercicio de la profesión periodística, frente al crimen organizado y frente a la inescrupulosidad empresarial de una prensa mercantilizada, convertida con frecuencia en la principal activista política contra las acciones de varios gobiernos del área, no sometidos a las imposiciones de Estados Unidos.

Mayoritariamente los relatos sobre la realidad continental revelaron cómo en medio del recrudecimiento de los conflictos políticos y sociales, los periodistas quedan expuestos a diferentes formas de violencia, mientras los propietarios de los medios eligen su comodidad, al no exponerse físicamente en el “campo de las hostilidades”, a la vez que presionan a los periodistas a poner la cara en defensa de las líneas editoriales representativas de intereses ideológicos, políticos y económicos de los grupos más concentrados del poder.

El reto planteado en Villa Gesell, a finales del año 2007, en ocasión del X Congreso de la FELAP: propender a crear las condiciones para el nacimiento organizado de la Juventud-FELAP, se ha cumplido, y con creces. Se acaba de iniciar una nueva etapa en la FELAP.

Se acaba de sumar a la gran tarea realizada por la FELAP, en treinta y tres años, una instancia organizativa en la cual las responsabilidades de la juventud, como lo dijeron todas y todos quienes hicieron uso de la palabra, se centran en elevar el conocimiento, el sentido crítico y la disposición en llevar a la práctica las líneas históricas de nuestra Federación y las propuestas para un nuevo tiempo, en el marco del mejoramiento de las condiciones subjetivas de muchos movimientos políticos y sociales de Latinoamérica y el Caribe.

La profesión periodística, la información y la comunicación, se dijo, deben corresponderse con los intereses de las mayorías sociales y formar parte de la lucha en defensa de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.

Al mismo tiempo –dando muestras de saber en qué consiste su rol en el presente- las/os jóvenes profundizaron acerca de no pensar únicamente en resolver cómo llegar a una gran cantidad de hombres y mujeres, sino en superarse en calidad, para que los instrumentos de la comunicación propia se vinculen a todas las tecnologías, para agrandar la voz y la imagen de los más. Para hacer cada día más visibles a quienes padecen y luchan, y a quienes en el campo intelectual y manual crean y recrean espacios múltiples para el mejoramiento de la vida del conjunto de la sociedad.

Nuestra organización, sostuvieron quienes hoy ya se saben el motor de la Juventud-FELAP, tiene que avanzar más todavía en su vinculación con los sectores universitarios, como así con los movimientos sociales que, con su resistencia de más de tres décadas, apuntalaron el nacimiento de gobiernos valientes y honestos, a tal punto de mandar al basurero de la politiquería el Consenso de Washington, cuerda con la que se colgaron criminalmente las aspiraciones emancipatorias de millones de mujeres y hombres, en todo el mundo.

Esa FELAP nacida el 7 de junio de 1976, para dar cobijo a las y los periodistas perseguidos por las sanguinarias dictaduras militares de la época, continúa su marcha. Con todos los que supieron darle vida y desarrollarla. Con todos los que se suman, conscientes de que la divisa a mantener en alto es la de ser cada día mejores periodistas; pero muchísimo más que eso: ser mejores seres humanos, comprometidos con el destino y la defensa de la humanidad.

Quienes tuvimos el privilegio de escuchar e intercambiar ideas con las/os jóvenes de Chile, Cuba, Bolivia, Ecuador, México, Guatemala, Paraguay, Venezuela y Argentina, podemos decir, confiados plenamente, que “La Juventud Garantiza el Proyecto”.

Presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).