El presidente de la Oficina del Programa Martiano de Cuba, Armando Hart Dávalos, calificó el momento como "una memorable entrega", por ser Borón "una de las grandes personalidades de Latinoamérica, conectada con lo mejor de la tradición espiritual del continente". Además, el histórico defensor de la tradición del Apóstol, señaló el oportuno aporte de la obra del argentino en la "imprescindible lucha por la integralidad de la cultura".

Representando a la presidencia de la UNESCO, el Director General Adjunto para las Ciencias Sociales y Humanas, Pierre Sané explicó que el galardón "rinde homenaje los ideales martianos y honra a los dignos descendientes de su herencia intelectual". En este sentido resaltó que Atilo Borón es "uno de los más conocidos y completos intelectuales de la América, y por ello el Jurado lo identificó con el pensamiento y la acción de José Martí", de quien dijo, es una "figura inspiradora" y "un ciudadano del mundo" que encarna los ideales de esta organización internacional.

Entre los valores que destacó Sané, a partir de los cuales se determinó la entrega del premio al autor de Reflexiones sobre el poder, el estado y la revolución, se encuentran "la defensa del ser de nuestra América, la lucha por la integración y la gesta por lograr la independencia y la soberanía en la región". La distinción, en manos de Atilio, según el propio Sané, sirve para repensar la integración económica y social "no como un lujo, sino como una necesidad y una estrategia para mejorar las condiciones de vida de los pueblos".

Las palabras del representante de la UNESCO culminaron apuntando que Borón "ha sabido ser un hombre de su tiempo", y que "el Apóstol consideraba que había que serlo, para convertirse en hombre de todos los tiempos". Haciendo gala de esta cualidad el discurso del premiado, dedicó sus primeras líneas al contexto de crisis que vive el mundo, con la zozobra capitalista de un lado en su "loca carrera autodestructiva" y el resurgimiento, con lo ocurrido en Honduras, de tendencias que parecían ya extintas en Latinoamérica.

"En este complejo cuadro -dijo Borón-, se ratifica la validez de las observaciones de José Martí". Al referirse al Héroe Nacional de Cuba, el investigador y periodista llamó la atención en la manera en que este anticipó su pensamiento, como pocos, en lo que más tarde Fidel llamaría batalla de ideas. A partir del criterio del intelectual argentino, esta vigencia se ratifica en la actualidad, cuando se recrudece la lucha contra el poder mediático imperial y sus espejos locales, un esfuerzo que se complejiza para la parte menos privilegiada económicamente.

El vínculo con Martí -para el homenajeado "uno de los grandes manantiales de los que brota el pensamiento latinoamericano"-, que quizá haya comenzado Atilio con las lecturas de las viejas páginas del diario La Nación, del cual el Apóstol fue corresponsal, se las debe, en buena medida, al Comandante Fidel Castro. Así lo expresó él mismo, mientras recordaba la mezcla de asombro y estupor que le provocó La Historia me absolverá y agradeció la obra desplegada a lo largo de varias décadas, por la cual "muchas generaciones de latinoamericanos pudieron acercarse a José Martí".

Atilio Borón ha tomado al Apóstol como fuente de inspiración para su acción en el continente, tanto en su actividad en Argentina, Chile o México. Hoy lo combina su filosofía política, el terreno disciplinar principal en el cual se desempeña, y lo retoma en la presidencia del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia del Centro Cultural de la Cooperación. Su papel como Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, libros como Imperio e Imperialismo. Una Lectura crítica de Michael Hartd y Antonio Negri (2004), y sus textos aparecidos en Rebelión, La Jiribilla o Página 12, corroboran el compromiso de Borón con la ética y el contenido político del pensamiento martiano.

 Nota publicada en La Jiribilla (http://www.lajiribilla.cu/2009/n428_07/428_24.html)