Y la libertad de distorsión puso a Jorge Ortizaurio en la pantalla chica. Burro retaco con micrófono, diciendo dicen que le decían en la escuela primaria los de la jorga del barrio, porque cuando un maestro (no afiliado a la UNE) le quería tomar la lección, Jorgito Ortizaurio tomaba pose de periodista y quería entrevistar al profesor. Más tarde, cuando se hizo más maltón, fue a la Universidad. La clase que más le gustaba era esa de “enriquezca su trompabulario” dictada por un gringo colaborador de la revista Selecciones. Un día en la clase dizque preguntó a los alumnos qué significaba distorsión. “Libertad de expresión” respondió el precoz sembrador de cizaña Ortizaurio.

Más tarde, apadrinado por los amiguetes de papá, se convenció que lo que él era es generador de distorsión pública y se palanqueó para ser presentador del Noticiero 24 Loras de Telebabosonas de propiedad del banquero Fidel Egas (que siempre reporta pérdida y no paga impuestos) y Hora Siete, donde, asesorado por pseudoanalistas económicos como Pablo Lucio Paredes, Abelardo Pachano y Vicente Albornoz, además de la Wikipedia, se codea con la crema y nata de la alta sociedad pelucona, de la bancocracia y la partidocracia de derecha que hizo pites al Ecuador y desde donde se desgañita, cual Olafo el amargado, que él es el mejor periodista independiente que dice la verdad del autodenominado “lindo canal”.

Cuentan también por ahí que andando el tiempo, cuando al más sexapiloso de los periodistas de pedrigrí, Carlos Vera, le mandaron trapo afuera de Ecuavisa, organizó una comelona como acto de desagravio e invitó a Alfredo Pinargote, Lenin Artieda y otras estrellas del jet set criollo de la prensa rosa, además de a los directivos de la Agencia Interamericana de Prensa para ver qué mismo hacer con ese guambra retovado que gobierna al Ecuador y que anda con su revolución ciudadana pregonando el Socialismo del Siglo XXI. Luego de la opípara comida, de incontables botellas de gin and tonic, que es lo que le ha sabido gustar al Jorge Ortizaurio, y de mover el esqueleto con perreo incluido, dizque concluyó que él era el único que quedaba en la arena para defender su pensamiento ultraconservador capitalista y que lo que restaba para combatir al gobierno del Rafico Correa era la oposición de la sin hueso. Acto seguido hizo un llamado para que se unan el Movimiento Madera de Perreo, el Movimiento Municipalista y el Partido Suciedad Patriótica a esta cruzada por salvar a la libertad de distorsión.

Cuentan las malas lenguas que muy pronto se los podrá ver a Jorge Ortizaurio y a Carlos Vera en un noticiero al puro estilo de Jurasic Park.