Autor: Alba Martínez
Sección: Educación

21 Junio 2009

Fuente: Revista Contralínea 137 / 28 de junio de 2009

“Busco trabajo, no importa que no tenga que ver con mi carrera”, expresó Paola González en una solicitud que publicó en internet a mediados del año pasado. Quería cambiar de empleo porque, después de concluir sus estudios, consideró que era el momento de conseguir una mejor oportunidad de vida.

Su experiencia laboral ha estado muy lejos de lo que aspiraba cuando estudiante. Primero se colocó como agente promotor de Afore Banorte y después como supervisora en una fábrica de ropa para niños, pero “fue poca la remuneración y daban preferencia al personal con estudios universitarios, principalmente egresados de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y del Poli (Instituto Politécnico Nacional)”, dice.

Paola González concluyó su educación técnica profesional en el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), plantel Iztacalco I. Fue becada por mantener 8.7 en su promedio escolar; estudió la carrera técnico profesional a nivel medio superior en industria del vestido, pero –admite– esa carrera nunca le gustó. A ella le desagrada coser.

Relata que su decepción comenzó desde que no pudo ingresar a la escuela que deseaba, la Preparatoria José Vasconcelos de la UNAM, por lo que no le quedó más que aceptar la única opción: el Conalep. A sus 19 años aún conserva la esperanza de conseguir lo que anhela: ser diseñadora de modas.

Apoyar a sus padres para poder pagar sus colegiaturas en una universidad privada es su principal objetivo.

A diferencia de más de la mitad de egresados del Conalep, generación 2004-2007, Paola se considera afortunada porque ella sí se certificó y consiguió empleo. Después de publicar su solicitud, fue contratada como vendedora en una sucursal del Palacio de Hierro.

En enero de 2008, Josefina Vázquez Mota, entonces titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), presentó –con retrazo de cuatro meses– el Programa Institucional 2007-2012 del Conalep, en el que se expresó respecto de los desafíos que la institución enfrentaba ante el mundo global y los retos propuestos por la sociedad del conocimiento.

“Hoy, el sistema Conalep se prepara para ello con una visión de futuro que se sustenta en la calidad de la educación como la mejor vía para que todas y todos los mexicanos podamos vivir mejor”, dijo.

En su argumento, Vázquez Mota se refirió a la orientación de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (Riems) y de la Alianza por la Calidad de la Educación como partes del proyecto educativo que impulsa Felipe Calderón, “con el fin de elevar la calidad, asegurar la equidad y orientar la pertinencia educativa para millones de jóvenes que buscan mayores oportunidades y espacios de desarrollo laboral que les dé certeza de futuro”.

Sin embargo, la educación profesional técnica que se impartió a la generación 2004-2007 como parte del proyecto que comenzó a transformar la Educación Media Superior (EMS) en el país, incorporarse a la Riems, incumplió con el objetivo principal: “Contribuir al desarrollo nacional mediante la formación de recursos humanos calificados”.

Resultado de estas acciones, el 68 por ciento de la generación transitó a las filas del desempleo, indican los resultados de la encuesta aplicada a una muestra representativa de exalumnos por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), cuyo fin fue dar seguimiento a los egresados de esa generación del sistema Conalep y verificar el desarrollo del individuo.

De acuerdo con la Flacso, el Conalep signó convenios para atender los requerimientos del sector productivo con 0.09 por ciento de las unidades económicas del país, mediante el sistema de vinculación. Pero, “de cada 100 egresados, 68 no desempeñaban ninguna actividad”, 20 se insertaron al campo laboral y 12 cursaron estudios superiores. Respecto de los que tenían empleo, 58 manifestaron coincidencia con lo que estudiaron y para 42 fue poca o nula.

Del grupo que laboraba, el análisis se definió por la actividad económica: el 39 por ciento se desempeñaba en actividades de comercio, restaurantes y hoteles; el 37, en la industria; el 19, en servicios comunales, sociales y personales, y el 5 por ciento, en agricultura y ganadería.

De los 3 mil 300 egresados del Conalep que laboraron, el 44 por ciento obtuvo ingresos de menos de 1 mil pesos; el 32 por ciento, entre 1 mil y 2 mil pesos; el 14 por ciento, entre 2 mil y 3 mil pesos; el 5 por ciento, entre 3 mil y 4 mil pesos; y el 5 por ciento restante obtenía más de 4 mil pesos.

El diputado José Solano Muñoz, integrante de la Comisión de Educación del Congreso del Partido Acción Nacional, y quien exhortó a la SEP a “modificar y homologar en el país el programa curricular del sistema de educación media superior”, dice que desconoce de tales resultados, aunque –considera– “el Conalep continúa como una institución muy recomendable”.

En la presentación del Programa Institucional 2007-2012, “Educación de calidad para la competitividad”, el director general de la institución, Wilfrido Perea Curiel, explicó los cambios estratégicos de las modificaciones al sistema en el marco de la Riems.

En su mensaje en 2008, el funcionario se refirió a la construcción del Sistema Nacional del Bachillerato (SNB), objetivo principal de la Riems, cuyo énfasis será puesto en los elementos comunes que todos los subsistemas deberán incorporar en su perfil propio, tales como el marco curricular común y la formación docente basada en competencias. Medidas que corresponden al “gran” impulso que, según Calderón, “debe darse a la educación tecnológica del país”.

Consecuencias sociales

En el Informe del resultado de la revisión y fiscalización superior de la Cuenta Pública, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) identificó que en 2007 el Conalep “no se ajustó plenamente” a las disposiciones generales y específicas ni a lo establecido en el Manual de programación y presupuesto del ejercicio fiscal. Y en la misión añadida para ese año, el colegio “no consideró su propósito fundamental”.

Para 2008, esta misión incorporó al Conalep de manera formal un modelo educativo pertinente, equitativo, “flexible” y de calidad, “sustentado en valores y vinculado con el mundo ocupacional para el desarrollo del país”. Sin embargo, para el órgano auditor, “no existe plena coincidencia” entre el objeto definido y las acciones relacionadas con el cumplimiento del Conalep.

En respuesta a la observación preeliminar hecha por el órgano auditor, el Conalep señaló (mediante el oficio DAF/867/2008) que, para el ejercicio 2007 y para formar profesionales técnicos-bachilleres, contó con la autorización de la SEP e informó que se tenía previsto modificar el Decreto de creación del sistema Conalep “para estar en congruencia”.

Y es que Josefina Vázquez Mota acotó que la transformación del Conalep se fundamentaría en la actualización de los planes y programas de estudio para fortalecer su vinculación con los sectores productivo y social.

“Hacer de la evaluación su mejor aliada, mejorar su infraestructura y equipamiento, ampliar su oferta académica con carreras de vanguardia, y alcanzar una mayor cobertura con nuevas modalidades educativas”, definió.

Sin embargo, en materia educativa, la ASF verificó que los alumnos del Conalep, generación 2004-2007, registraron un índice de deserción de 21 por ciento, la mayor proporción a nivel nacional, y 43 por ciento respecto de la eficiencia terminal de los alumnos. En comparación con los demás subsistemas, registró el último lugar.

En relación con otras modalidades educativas, el Conalep mostró 36 por ciento de índice de reprobación, 7 por ciento más que en el año escolar 2001-2002, con lo que se ubicó por arriba de los subsistemas general, de la Dirección General de Educación Técnica Agropecuaria (DGETA) y de particulares.

Asimismo, de la información proporcionada por el Conalep y la encuesta realizada por la Flacso, la ASF determinó que en la generación 2004-2007 ingresaron a estudiar 113 mil 700 alumnos, de los cuales, tres ciclos escolares después egresaron 48.6 mil, lo cual significó un índice de egreso del 42.7 por ciento.

En cuanto a la eficiencia operativa, en el ejercicio de fiscalización de 2007, la ASF constató que el Conalep omitió incluir las materias de métodos de investigación y química del tronco común, con lo que incumplió lo dispuesto en el Acuerdo 71 por el que se determinan objetivos y contenidos del ciclo de bachillerato (resolución DGB.EQ1/97) y en el que la SEP declaró la equivalencia con el bachillerato de los planes y programas de estudio del colegio, para fines de ingreso a la educación.

A ese respecto, el diputado Solano Muñoz, integrante de la Comisión de Educación, considera razonable modificar los planes de estudio y omitir ciertas materias: “No veo para qué me servirán algunas materias si soy mecánico o técnico de computadoras”. Agrega que, en el plan curricular, el colegio lleva una materia “que sólo la he visto en el sistema: valores”.

Por ello, la “Auditoría de desempeño a la educación media superior en las modalidades de formación profesional técnica y técnica bachiller” (07-0-11100-07-0560) demostró que el Conalep no se ajustó al Manual de programación y presupuesto del ejercicio fiscal 2007, emitido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Tampoco se acreditó información de competencias laborales de los servidores, las cifras de titulación de alumnos, de la asignación de becas (ya que se registraron diferencias significativas y un 10 por ciento más de los apoyos programados), y no se incluyeron matemáticas y métodos de investigación como materias del tronco común del bachillerato, para fines de ingreso a la educación superior.

La ASF solicitó al Órgano Interno de Control en el Conalep que realice las

investigaciones pertinentes y, en su caso, inicie el procedimiento para fincar responsabilidades administrativas sancionatorias que “deriven de los actos u omisiones de los servidores públicos”.

Conalep: autorizó la SEP

En octubre de 2008, el Conalep respondió a la ASF respecto de los resultados preeliminares de fiscalización (oficio DAF/873/2008) y manifestó que en 2007 la institución “se caracterizó por ser un periodo de cambio, ya que se evaluaron las funciones sustantivas y se diseñó e implantó el Modelo Académico de Calidad para la Competitividad, que entró en operación en 2008.

En ese documento, el Conalep argumentó que los índices de deserción y reprobación son resultado de la concurrencia de múltiples factores de carácter socioeconómico, académico y personal; que el indicador de incorporación de egresados al trabajo esté relacionado con el comportamiento de la economía nacional y regional.

“El conjunto de oferentes de estudios de bachillerato ocasiona la competencia con instituciones con fuerte posicionamiento, como son el IPN y la UNAM”, señaló el colegio.

En el mismo documento, el sistema Conalep destacó, como resultado de las principales acciones de incorporación en ese periodo, “la alineación del modelo académico con la Riems”.

Solano Muñoz, el legislador que impulsara esta reforma desde el grupo parlamentario de Acción Nacional, opina que “es muy lamentable que existan estas deficiencias y más con el consentimiento de las mismas autoridades del plantel”.

La SEP ya se había decidido por la implantación de un nuevo modelo con indicadores acordados con el Banco Interamericano de Desarrollo.

Según el Conalep, en su Informe de rendición de cuentas 2000-2006, “Tercera etapa”, de enero a noviembre de 2006, el Comité Técnico de la Reforma Académica sesionó en dos ocasiones en las que se trataron diversos temas, pero destacaron los referentes a acuerdos de reforma dentro del Proyecto 03, “Reforma del modelo académico”, cuya meta era obtener el ciento por ciento para 2006.

Aunque también existieron resultados no satisfactorios. “En las tres metas presidenciales programadas se presentó un avance en eficiencia de titulación de 60.08 por ciento. En el porcentaje de avance de la reforma académica del Conalep –reconoce– se alcanzó un 10 por ciento, sumando así un 46.51 anual, y en cuanto al índice de seguimiento, la transparencia se cumplió con la expectativa establecida.

“Los objetivos estratégicos distan, por mucho, de estar concluidos y son grandes los retos que aún se tienen que superar”, recalca el informe.

ENM: anarquía

El 13 de marzo de 2007, el diputado José de Jesús Solano Muñoz suscribió, en un punto de acuerdo ante la Cámara de Diputados, un exhorto a la SEP para modificar y homologar en todo el país el programa curricular del sistema de educación media superior.

En la iniciativa, Solano Muñoz resaltó la necesidad de homologar y modificar planes de estudio, ejes de la Riems, porque “tememos una anarquía total en EMS”.

Bajo el argumento de que a nivel bachillerato existen más de 50 planes de estudios diferentes que provocan conflictos, “porque cursan en algún sistema y después se quieren pasar a otro sin tener la revalidación de estudios”.

Solano, quien considera que el nivel bachillerato es el más “golpeado” de la educación media superior en México, dice que la EMS había dado mucho que desear y por ello se impulsan aspectos para la reforma educativa: modificar el perfil curricular conforme a las competencias y habilidades de los estudiantes y hacer un sistema único a nivel nacional, el SNB.

Aumenta matrícula, disminuyen costos

La matrícula del Conalep conserva la tendencia a incrementarse; no así en correspondencia con el presupuesto asignado.

Lo anterior lo confirma la ASF, la cual determinó que, “con base en los indicadores de reprobación, deserción y eficiencia terminal, se encontró que en 2007 el gasto público estuvo ligado a los resultados obtenidos”.

En los 11 primeros años, los alumnos inscritos aumentaron en 3 mil 278 por ciento, al pasar de 4.2 mil de jóvenes en 1979 a 141.9 mil en 1990. De ese año a 2000, la variación en el número de alumnos matriculados fue de 47.9 por ciento, y de 2000 a 2007, los alumnos se incrementaron en 23.3 por ciento respecto del aumento observado en la década anterior.

En las estadísticas básicas del Sistema Educativo Nacional, en el ciclo escolar 2007-2008, el Conalep registró un índice de absorción de 6.9 por ciento del total de egresados de secundaria: de cada 100 alumnos que egresaron de secundaria, siete ingresaron al Conalep.

Pero en el aspecto económico sucedió diferente. En el Informe del resultado de la revisión y fiscalización superior de la Cuenta Pública 2007, que tuvo por objeto fiscalizar los recursos públicos aplicados al Conalep en ese año (3 mil 363 millones 422.3 mil pesos), se demostró que el sistema registró el menor costo por alumno, 14 mil pesos.

Al comparar los costos por alumno del Conalep, respecto de los otros subsistemas educativos del nivel medio superior, la ASF reportó que en el Conalep los alumnos tuvieron un costo promedio inferior a los demás subsistemas, por una diferencia mínima hasta del 32.1 por ciento y máxima de 141.4 por ciento (más de 30 mil pesos).

Según el Conalep, que enuncia el análisis de la Flacso, su estudio ha sido “reforzado” con datos cuantitativos del colegio; en conjunto demuestra los altos niveles de empleabilidad de los técnicos egresados y la efectividad del sistema educativo. “Pudimos constatar la fuerte demanda de estos recursos humanos”, cita en sus conclusiones generales.

“Con los empresarios y empleadores se confirmó que la ausencia de este tipo de capital humano inhibe el crecimiento de las empresas, lo que resta competitividad a las regiones y al país en general”, definió.

Contralínea solicitó una entrevista con Alonso Lujambio, titular de la SEP, y Miguel Székely Pardo, subsecretario de EMS, a través de Ricardo Hernández, subdirector del área de Atención a Medios. No hubo respuesta.

Lo mismo sucedió con la solicitud de entrevista con Wilfrido Perea Curiel, director general del Conalep, sin que a través de su asistente Mauricio Ángeles se concretara la fecha para realizar la entrevista previamente aceptada.

UNAM e IPN en la Riems

En entrevista, José Solano Muñoz señala que el exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, y la exsecretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, se reunieron para considerar la posibilidad de hacer posible la Riems en la UNAM. A decir del legislador, el exrector mencionó apoyar a la SEP con el sistema de preparatoria en línea.

“Pero la UNAM ya está participando –asegura–, y aunque hay ciertos académicos en su interior que no están del todo de acuerdo, como también del Instituto Politécnico Nacional, todos tienen que entrar, porque precisamente es un acuerdo nacional el que se está estableciendo”.

Agrega que “están considerados todos los planteles y se registrará a todos (los sistemas). Los que no quieran participar, tendrán que solicitarlo y perderán su registro ante la SEP. Entonces, éstos marcharán por su propio camino, pero sin registro; ésas serán las condicionantes que les van a poner”.

Solano Muñoz reconoce que la reforma “siempre tendrá sus detractores, y más porque dicen que tenía que ser más amplia la consulta, de mayor tiempo, pero la idea general es ésa, y el planteamiento ya está hecho”.

Respecto de la certificación nacional, asegura que “a más tardar en seis meses comienza el proceso”.

—¿La UNAM acepta integrarse o no al Sistema Nacional de Bachillerato?

—Sí, sí lo acepta.

—¿Y el IPN?

—No, el Politécnico no lo aceptó, pero ahora entiendo por qué.

Se refiere a los resultados del Conalep, expuestos por la ASF, y a que el IPN se ha manifestado en desacuerdo a la reforma. (AM)