Las diferentes realidades que conforman a este barrio con sus diferentes calles, iluminadas del lado norte de la Av. Caseros y al sur, oscuras, con sus fábricas o lo que queda de ellas, como una imagen de dos barrios que hacen uno y que a su vez, podríamos decir, que no todos los caminos conducen a Parque de los Patricios si nos ubicáramos en cualquier punto de la ciudad de Buenos Aires, como muestra de que el sur existe.

Y para remontarnos en el tiempo y demostrar que el sur tiene historia, Parque de los Patricios, barrio que ha acuñado a tantas personalidades de la cultura popular, como a Guillermo Barbieri que bien supo acompañar con su guitarra a Gardel, o a Enrique Discépolo conocido como “Discepolín”, el hombre que con su puño llenó de poesía al tango, o a Jorge Rial, autor entre otras, del vals criollo “Rosas de otoño”.

Ese barrio que acobijo a la bohemia de Buenos Aires con sus cafés como el "Benigno", ahí donde la noche era espectadora de las risas de los juegos de mesa que compartían González Castillo, Homero Manzi, Celedonio Flores, o el café "El Globito", en Rioja y Caseros, con más de 50 años de funcionamiento.

Irnos de esa esquina y no mencionar que allí vivió y murió Juan Manuel Fangio, quíntuple campeón mundial de Fórmula 1, sería un atropello a la razón, como lo intentó ser el movimiento, que se generó con el "Bermellón", donde pintores como Quinquela Martín, Fortunato Lacámara, Onofrio Pacenza o Atilio Malinvierno, sellaron al barrio de identidad.

Y si hablamos de pesos pesados que llenaron de identidad a Parque Patricios decimos también "Ringo" Bonavena, el boxeador que se inició en el club Huracán y que supo derribar al mítico Mohamed Alí en el Madison Square Garden.

Y si de Huracán hablamos, su fundador, el ingeniero y aviador Jorge Newbery, estaría orgulloso que así lo hagamos, que mencionemos al Club Atlético Huracán, el club que vio en sus filas al tercer goleador máximo del fútbol argentino, Herminio Massantonio, o a René Housseman, al "Pitón" Ardiles, Miguel Brindisi y tantos otros. Club e institución que late en el corazón de vecinos/as y que por toda la Argentina sella al barrio por donde pasa el Huracán.

Si de instituciones hablamos, se debe mencionar a la escuela pública modelo de Sudamérica, como lo es el imponente Instituto F.F. Bernasconi, declarado "Sitio de Interés Cultural", o de uno de los mejores hospitales de niños que hay como el Garrahan , el Muñiz o la Maternidad Sardá.

Se podría enumerar los museos, iglesias, ahondar en la historia forjadora de identidades que tiñen a la cultura, al deporte, a los lugares de encuentros: plazas o el mismísimo parque, monumentos, calles, personalidades, al conjunto de la comunidad, de antes, de ahora y de siempre y a lo que en definitiva provocan los condimentos de un barrio que contiene a miles de barrios, el de las calles asfaltadas o el de las empedradas o simplemente el de las calles de tierra, como signo de lo que fue, perpetuado en el presente, para seguir siendo “futuro” de lo que algunos pocos pretenden.

Nota publicada en el portal Despierta Buenos Aires (www.despiertabsas.com.ar)