El 27 de agosto de 1920, a las 9 de la noche se realizaba la presentación de la opera Parsifal en el porteño Teatro Coliseo de Cerrito y la entonces calle Charcas. Pero mejor que contar la historia que ocurrió esa noche, es remitirnos –como buenos periodistas- a lo que apareció al otro día en los diarios capitalinos. La Razón tituló “Una audición llovida del cielo. Parsifal a precios popularísimos", el informe del crítico musical Miguel Mastrogiani, quien –haciendo gala de su pluma- describió la insólita historia “y anoche una onda sonora onduló vermicular, de las 21 a las 24, por el espacio, como cubriendo con su sutil celaje de armonías -las más caprichosas, ricas, grávidas de nobles emociones-, la ciudad entera"; en referencia a la transmisión por ondas radiales de la opera de Wagner, dirigida por Félix Weingartner e interpretada por la soprano argentina Sara César y el barítono Aldo Rossi Morelli.

Enrique Telémaco Susini, de profesión médico fue el principal responsable de la transmisión, ya que a mediados de 1919 había viajado a Francia, donde investigó como funcionaban los equipos transmisores utilizados por el ejército galo para realizar las comunicaciones en el frente de batalla durante la Primera Guerra Mundial. A su regreso a Buenos Aires, el incipiente radioaficionado, trajo dentro de su equipaje unas desconocidas válvulas Pathé, con las que ingeniosamente armó un precario pero eficiente equipo.

César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, fueron los amigos que creyeron en la “loca idea” y junto a Susini formaron LOR Sociedad Radio Argentina. El siguiente paso fue convencer a los dueños del Coliseo para colocar una pequeña antena en la terraza del edificio. De allí el nombre de "Los locos de la terraza", que esa histórica noche del 27 de agosto hicieron posible que unas cincuenta personas -además de los tripulantes de un barco anclado en el puerto de Santos, en Brasil- escucharan Parsifal en las pocas radios a galena que existían.

Aunque algunos investigadores discuten cual es la primera, ya que por aquellos años se producían muchas transmisiones en forma experimental, la emisión de la ópera Parsifal del 27 de agosto de 1920 se la califica de “la primera", ya que se trató de una transferencia por aire de una obra artística completa y a partir de ese día comenzó en forma regular y sistemática el servicio radial, dos situaciones que no lograron las otras experiencias.

El poderoso país del Norte, casi 10 semanas después logró emitir el primer programa de radio, cuando difundió desde la ciudad de Pittsburg los resultados de las elecciones presidenciales, hecho ocurrido el 2 de noviembre de 1920 en el territorio de Estados Unidos.

Es importante recordar a estos hombres en tiempos en que en nuestro país los medios de comunicación se rigen con leyes de la dictadura con las palabras del entonces presidente Hipólito Yrigoyen quien sentenció: “Cuando los jóvenes juegan a la ciencia es porque tienen el genio adentro”. Una historia que deberíamos conocer todos y pocos enseñan y difunden.

Nota publicada por la Agencia 144 (www.agencia144.com.ar)